La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025. El jurado que se ha reunido por videoconferencia al tener que ser aplazado su encuentro por consecuencia del apagón que afectó a la Península Ibérica ha leído el fallo este viernes a las 13.00 horas.
49 candidaturas de 19 nacionalidades optaban en 2025 al Premio Princesa de Asturias de las Artes, y es el cuarto de los ocho galardones internacionales que convoca anualmente la Fundación Princesa de Asturias y que este año alcanzan su XLV edición.
Graciela Iturbide nació en Ciudad de México el 16 de mayo de 1942. En 1969 comenzó sus estudios en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Autónoma de México (UNAM) (Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades de 2009), con la intención de convertirse en directora de cine, pero a raíz de conocer el trabajo del fotógrafo Manuel Álvarez Bravo y de asistir a sus clases se vio atraída por esta disciplina.
Entre 1970 y 1971 trabajó como asistente de Bravo. Dueña de una mirada innovadora, la lente de Iturbide ha retratado la realidad social no solo de México sino de muchos lugares a los que ha sido invitada para trabajar. Su obra presenta un aspecto documental que muestra, según los expertos, "un mundo hipnótico que parece situarse en el umbral entre la realidad más cruda y la gracia de una magia espontánea".
En los años setenta viajó por Latinoamérica, principalmente por Cuba y Panamá, y en 1978 fue comisionada por el Archivo Etnográfico del Instituto Nacional Indigenista de México para documentar la población indígena del país con proyectos en los que fotografió, por ejemplo, a los pueblos seri y de Juchitán. Este último dio lugar al libro 'Juchitán de las mujeres' (1989).
Posteriormente prosiguió su labor en Cuba, Alemania Oriental, India, Madagascar, Hungría, Francia y Estados Unidos, época que dio lugar a numerosos trabajos destacados por su profundidad artística y su sentido poético. Con el tiempo, su gusto por el retrato y la descripción de la naturaleza humana ha ido cambiando en busca de nuevos objetivos como paisajes u objetos encontrados, que su mirada dota de una visión trascendental a través del uso característico del blanco y negro.
En sus propias palabras, la fotografía es para ella "un ritual. Salir con la cámara, observar, fotografiar los aspectos más mitológicos de las personas, luego ir a la oscuridad, desarrollarse, seleccionar las imágenes más simbólicas".
Iturbide ha protagonizado exposiciones individuales en algunos de los centros e instituciones artísticas más importantes del mundo, como el Centro Pompidou de París, el San Francisco Museum of Modern Art, el Philadelphia Museum of Art, el Getty Museum, el Fotomuseum Winterthur y la Barbican Art Gallery, entre otros.