Polideportivo

La delgada línea entre los millones y la ruina de los futbolistas

La reciente noticia de que Jean-Marc Bosman subsiste gracias a una pensión mensual recuerda a las viejas glorias del fútbol que no supieron mantener su fortuna a través del tiempo, pasando, en pocos años, de la opulencia a la más absoluta miseria
El futbolista belga Bosman sonríe entre sus dos abogados tras ganar el juicio contra la UEFA.
El futbolista belga Bosman sonríe entre sus dos abogados tras ganar el juicio contra la UEFA. / EFE

Actualizado hace 2 minutos

En el imaginario colectivo persiste la idea de que la vida de un futbolista de élite es una de lujo, avaricia y plenas comodidades. Toda una vida dedicándose a una profesión que les engorda la cuenta corriente, pero que cuando acaba, no todos saben gestionar ese patrimonio.

Jean-Marc Bosman, mítico jugador belga que cambió la historia del fútbol con la famosa 'Ley Bosman', subsiste gracias a una pensión social que le aporta la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPRO), según ha declarado Matteo Zacchetti, responsable de la Unidad de Deportes de la Comisión Europea.

Parece imposible. ¿Cómo se puede esfumar tanto dinero en tan poco tiempo? La respuesta rara vez es única. Es un mezcla de falta de educación financiera, entornos parasitarios y la dificultad psicológica de gestionar el día a día cuando dejas de ser el centro del universo a los 35 años. Un retiro que llega, por cierto, décadas antes que en el resto de trabajos.

El mundo del fútbol está lleno de casos como el de Bosman, jugadores que, hache o por be, acaban perdiendo todo el dinero cosechado. Por lo que queda patente la importancia de tener una buena educación financiera y de escoger bien los contratos que firmas, ya que eso deparará tu futuro y muchas veces el de tu familia.

Fiestas, póker y alcohol

Quizás es el 'cliché' más visto en este sector, el de los futbolistas denominados como 'juguetes rotos', aquellos con un talento innato, pero con nula capacidad de sacrificio y de autocontrol en una carrera corta, pero sin pausa. Al pensar en futbolistas que encajen en este adjetivo, sobresale uno por encima de los demás: George Best.

George Best durante un partido de la Recopa de Europa en 1968.

George Best durante un partido de la Recopa de Europa en 1968. EFE

El "quinto Beatle", como le llamaban en Manchester, fue la primera superestrella pop del fútbol. Tenía el mundo a sus pies, pero su relación con la botella fue más fuerte que su carrera. Su frase, repetida hasta la saciedad, es el epitafio perfecto de toda una generación de futbolistas vividores: "Gasté mucho dinero en coches, mujeres y alcohol. El resto lo malgasté". Best no solo perdió su fortuna, perdió su salud y acabó falleciendo a los 59 años tras un trasplante de hígado que no pudo salvarle de sí mismo.

Si viajando miles de kilómetros hacia el suroeste, aterrizamos en Brasil, la cuna del 'jogo bonito', y país que históricamente ha tenido los mayores talentos puros que se han visto, y a su vez, los mayores indisciplinados. Es el caso de Manuel Francisco dos Santos, más conocido como 'Garrincha'. Sin preparación alguna y rodeado de "amigos" que desaparecieron cuando se acabó el dinero, el brasileño murió solo, pobre y consumido por la cirrosis a los 49 años. Nadie le explicó nunca qué hacer con el dinero que ganaba, y él simplemente lo dejó ir, como quien pierde un balón en un amistoso.

Más cerca en el tiempo y en localidad tenemos a Paul Gascoine, nombrado por muchas leyendas de la 'Premier League' como el mayor talento que ha pisado la liga inglesa. El centrocampista lo tenía todo para ser el mejor jugador inglés de la historia, pero sus problemas personales y su adicción al alcohol le llevaron a situaciones límite. A diferencia de Best, Gascoigne ha sobrevivido, pero las imágenes suyas en la prensa sensacionalista, a menudo desorientado o en situaciones de indigencia, rompen el bonito recuerdo que los más futboleros tienen de él.

Malas inversiones

Pero no todo de este capítulo del fútbol se debe al despilfarro y a la mala vida, también hay numerosos casos de jugadores que no supieron jugar con inteligencia sus cartas e invertir bien su dinero.

Como caso más destacado está el de Christian Vieri. El italiano, uno de los delanteros más temibles de Italia, llegó a amasar una fortuna considerable. Pero las finanzas no eran como meter goles. Vieri perdió cerca de 16 millones de euros tras el colapso de sus empresas y una serie de inversiones inmobiliarias fallidas.

El caso de Jean-Marc Bosman es el reflejo de una injusticia histórica. A pesar de no ser conocido por sus actuaciones dentro de un campo de fútbol, su nombre es estudiado en las facultades de derecho. En 1995, Bosman ganó el juicio contra la UEFA que permitió el libre movimiento de jugadores en Europa al finalizar contrato. Gracias a él, figuras como Mbappé o Messi pueden negociar primas de fichaje millonarias. Sin embargo, Bosman es la víctima de su propia victoria.

El belga pasó sus mejores años inhabilitado, luchando en los tribunales, gastando miles de euros en abogados para cambiar una ley injusta. Ganó, sí, pero el fútbol le dio la espalda. Los clubes le cerraron las puertas, etiquetándolo de problemático. La indemnización que recibió (unos 780.000 euros de la época) se evaporó rápidamente entre impuestos y deudas acumuladas durante los años de lucha. Hoy, mientras los jugadores que se benefician de su ley conducen Ferraris, Bosman vive en Bélgica gracias a la mencionada pensión. Este caso trae una paradoja muy curiosa: se trata de un hombre que hizo ricos a todos, menos a él.

El impacto de la vida personal también juega un papel importante en esto. David James, portero internacional inglés que ganó más de 20 millones de libras en su carrera, se declaró en bancarrota en 2014. No fue el alcohol, sino un divorcio extraordinariamente costoso en 2005 y la acumulación de deudas para mantener un estilo de vida que ya no podía costear. James tuvo que subastar camisetas, balones firmados y hasta su propia colección de vinilos para pagar sus deudas.

Cuando se apagan los focos del estadio, queda mucha vida por delante, y la gloria deportiva que cada persona haya tenido puede no ser suficiente para pagar todas las facturas que tengan el resto de su vida.

Conscientes de todas estas situaciones, distintas ligas de fútbol han promovido programas de educación financiera para sus trabajadores. Todo esto, unido a la gran profesionalización que ha vivido este deporte, han hecho que relatos como los anteriores sean cada vez más extraños hoy en día.

2025-12-20T08:46:57+01:00
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