Justo al lado del taller de Formula Student Vitoria, 18 estudiantes construyen durante un año y medio otro vehículo en el que ganar en otra competición muy similar, pero con una diferencia clave: aquí compiten motos, no coches.
Aunque comparte algunos elementos de su competición hermana como la búsqueda de patrocinadores, la atención al detalle a cada pieza antes de incorporarla en el vehículo o la búsqueda de la mejor pieza de ingeniería posible, Motor Student Vitoria desarrolla un vehículo durante un año y medio en el que, esta vez, piezas como el motor son escogidas por la propia organización. Un motor que es eléctrico no porque la gasolina sea muy cara, sino porque "es el futuro", afirma el miembro del departamento electrónico Unai Fernández. "Para que sea todo más justo partimos todos del mismo motor".
Los demás elementos, como podrían ser las baterías o el chasis, son diseñados desde cero cada edición. Diseño, producción, programación... "En clase es todo más teórico y tienes que buscarte la vida para hacer gran parte de la moto", explica Fernández.