Jan Buxaderas: “Rodar 'Todos los lados de la cama' con Pilar Castro y Ernesto Alterio fue un lujo”

Actualizado hace 5 minutos

Tras el éxito de El otro lado de la cama (2002) y Los 2 lados de la cama (2005), veinte años después llega la tercera película de la saga: Todos los lados de la cama, dirigida por Samantha López y ya en cartel. Esta vez la trama arranca cuando, tras décadas sin verse, Javier (Ernesto Alterio) y Carlota (Pilar Castro) descubren que sus hijos Óscar (Jan Buxaderas) y Julia (Lucía Caraballo) planean casarse.

Ya es parte de una saga de películas que forman parte de la cultura pop. ¿Qué sintió cuando le dijeron que iba a ser el hijo de Javier y Paula? ¿Ilusión o vértigo?

Lo primero que sentí fue una emoción enorme. Tener la oportunidad de entrar en una de las sagas más queridas del cine, unas películas que marcaron a toda una generación, pues claro, te pone en las nubes. Y luego llega la montaña rusa; y empiezas a ser consciente de todo lo que se te viene encima. También pesa la responsabilidad de participar en una historia a la que el público le tiene tantísimo cariño. Pero la directora es de las personas más increíbles que he conocido. A los más jóvenes nos acompañó muchísimo, nos ayudó a integrarnos en la saga, a sentirla como algo nuestro y a quitarnos esa presión. 

Comparte trama, entre otros, con Ernesto Alterio y Pilar Castro. ¿Le dieron consejos?

La verdad es que todos mis compañeros jóvenes lo comentamos: hemos tenido muchísima suerte de contar con Pilar y Ernesto. Son actores a los que ya admirábamos, para mí de los mejores. Y cuando los ves trabajar entiendes perfectamente por qué han tenido las carreras que han tenido. Además, se volcaron con nosotros. Nos ayudaron muchísimo, nos integraron, nos dieron la mano y caminamos juntos. Construimos los personajes y las relaciones en equipo. Les estoy muy agradecido, ha sido un auténtico lujo trabajar con ellos. 

¿Hubo química desde el principio con Lucía Caraballo?

Sí, la verdad es que sí. Con Samantha empezamos a trabajar la relación de los personajes desde el principio, con la idea clara de no tirar de bromas, tópicos ni tonterías. Para ellos es algo serio: se enamoran y quieren casarse. Ella es muy talentosa y lo hizo todo facilísimo. Conectamos muy bien desde el primer día. El rodaje fue divertidísimo. Un sueño. 

Su personaje, Óscar, pertenece a una generación que vive el amor, el sexo y las relaciones de una manera distinta a la de sus padres. 

A mí me encanta la relación que tiene con Javier, el personaje de Ernesto Alterio, porque creo que en nuestra generación se nota mucho el trabajo previo de las generaciones anteriores. Gracias a eso hemos podido vivir un amor mucho más libre. Aun así, siguen existiendo luchas diarias que a veces cuesta entender y aparece esa dinámica de “hijos enseñando a padres”, entre comillas, mostrándoles nuevas formas de amar, de vivir el género o de relacionarse. Me parece muy representativo de lo que está pasando ahora. También me divierte cómo la historia juega con uno de los clichés sobre nuestra generación, eso de “sois unos libertinos, siempre estáis a lo vuestro”. Y, de repente, tienes esta relación entre Óscar y Julia, que se enamoran perdidamente y quieren casarse. En teoría sería lo menos moderno, lo más clásico. Pero me encanta poder representar eso porque también es real y ocurre. Lo más bonito es que los personajes tienen la libertad de hacer lo que quieran. Para mí ahí está el amor libre, y me encanta que aparezca en pantalla.

Es curioso lo que le pasa a Óscar: su padre estaba orgulloso de su identidad gay y de repente le dice que se ha enamorado de una chica. ¿Habló con la directora sobre cómo reflejar esa situación sin caer en tópicos?

Sí, muchísimo. Para Samantha era fundamental no caer en clichés ni en bromas fáciles de la actualidad, ese rollo de “eres gay, entonces tienes que ser así” o “sales del armario y tu padre reacciona de esta forma”. Para nosotros era clave no marcar nada de eso. Queríamos construir de verdad la relación con Javier, cómo fue el proceso de identidad, el momento de salir del armario, todo. Y evitar convertirlo en una parodia. Hay mucha gente que va al cine y se ve reflejada en estas situaciones. Si quieres hacer comedia, la comedia ya está en la propia situación, no hace falta forzar nada. Porque si exageras o ridiculizas puedes acabar perjudicando a un colectivo o a personas que viven algo parecido. 

En la película hay mucha comedia, pero también hay una mirada sobre cómo quieren amar los jóvenes. ¿Qué le gustaría que el público entendiera de Óscar?

Que conectara con su sensibilidad. Es un personaje que, para mí, es puro corazón. Me gusta mucho el viaje que tiene porque me parece muy orgánico, lo que tenía que ser. Es un chico que se enamora perdidamente de una chica y se siente libre para vivirlo, y de repente reaparece su mejor amigo, del que siempre había estado enamorado, para decirle que también siente algo por él. Y aunque comete errores, sigue lo que le dicta el corazón. Creo que si todos escucháramos un poco más esa voz interna y nos comunicáramos de verdad, las cosas irían bastante mejor. 

Este año 2025 está siendo un año clave para usted. ¿Es consciente de que ha entrando en una nueva etapa de su carrera?

Como dices, 2025 creo que ha sido el mejor año de mi vida por muchas de las cosas que están pasando. Y a veces pienso: “estoy construyendo una carrera muy bonita”.