Política

Errejón dimite y abandona la política tras ser objeto de denuncias de violencia machista

El hasta ahora portavoz de Sumar sugiere haber caído en un comportamiento “tóxico” y patriarcal tras airearse acusaciones anónimas de acoso a varias mujeres que la formación de Díaz ya investiga
Iñigo Errejón, portavoz parlamentario de sumar, junto a Yolanda Díaz en el Congreso
Iñigo Errejón, portavoz parlamentario de sumar, junto a Yolanda Díaz en el Congreso / EP

Iñigo Errejón abandona la política y lo hace al verse empujado a dimitir tras la denuncia anónima de varias mujeres –al menos cinco– que sostienen haber sufrido maltrato por parte del hasta ahora portavoz de Sumar en el Congreso, que asegura encontrarse agotado “física y mentalmente” y sugiere haber caído en un comportamiento “tóxico” y patriarcal que la formación de Yolanda Díaz ya analiza. Todo parte de una publicación de la periodista Cristina Fallarás en Instagram donde recogía la acusación de una mujer que narraba los episodios sufridos a manos de “un político que vive en Madrid” y al que se refiere como “el indignado social” que “nunca saca la cabeza los días del 8-M”. “Es un maltratador psicológico, un verdadero psicópata, un monstruo”, describe el mensaje anónimo, que añade: “Me habían avisado del trato que le daba a las mujeres, pero dada su posición política no podía creerme que eso fuera verdad”, continúa la acusación, aún no cursada judicialmente.

Un episodio que corrió como la pólvora en las redes sociales apuntando directamente a Errejón. “Su forma de tener sexo te marca y no lo olvidas jamás (...). Te pide hacer prácticas humillantes, y cuando te niegas te monta números”, proseguía la publicación que colgó en su perfil Fallarás, quien afirma que cuatro mujeres más le han hecho llegar casos parecidos. Sucede que este señalamiento no es el único que ha recibido durante su periplo político quien fue también miembro fundador de Podemos hasta su ruptura con Pablo Iglesias. Ya en junio de 2023, otra usuaria anónima denunció en Twitter haber padecido un capítulo similar, en este caso citándole a él con nombre y apellidos, relatando haber sido agredida mediante “tocamientos”.

“¿Cómo iba a ser posible que viniese aquí un político de nivel nacional, conocido precisamente por ser de izquierdas y feminista, y me metiese mano justamente a mí, justamente en medio de un evento feminista y punk?”, decía aquel testimonio, que proseguía: “Tenía que haber algún error. Lo dejamos correr otra vez, y yo dudaba mucho de que volviese a ocurrir después de que mi amiga C le diese el manotazo. Sin embargo, al poco rato volví a notar una mano, pero esta vez en el otro lado y en el culo directamente. Me quedé parada sin saber cómo reaccionar, como en shock. No podía estar pasando. No sabría decir cuanto tiempo pasó exactamente, pero al igual que las otras veces, puedo asegurar que no fueron dos segundos tampoco”.

Errejón no cita estos hechos en su carta de despedida y vincula su salida a arrastrar problemas de salud mental. “Desde hace diez años ocupo posiciones de representación pública en la política institucional de altísima visibilidad y exposición mediática. El ritmo y el modo de vida en la política durante una década ha desgastado mi salud física, mi salud mental y a mi estructura afectiva y personal”, explica. Ahora bien, el exdirigente de Sumar sí da a entender que su marcha guarda relación con este contexto de acusaciones que no ha desmentido. La política, achaca asimismo Errejón, “genera una subjetividad tóxica que, en el caso de los hombres, el patriarcado multiplica, con compañeros y compañeras de trabajo, con compañeros y compañeras de organización, con relaciones afectivas e incluso con uno mismo”, subraya. “En la primera línea política y mediática se subsiste y se es más eficaz, al menos así ha sido mi caso, con una forma de comportarse que se emancipa a menudo de los cuidados, de la empatía y de las necesidades de los otros”, considera en su nota.

Tras un ciclo político intenso y acelerado, he llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano. La lucha ideológica es también una lucha por construir formas de vida y relaciones mejores, más cuidadosas, más solidarias y, por tanto, más libres. No se le puede pedir a la gente que vote distinto de cómo se comporta en su vida cotidiana”, expresa en su publicación, que concluye destacando que termina “la etapa más importante de mi vida. Una etapa dura y apasionante. Con aciertos de los que estoy orgulloso y errores que espero contribuir a reparar con esta decisión”. Misiva que transmite un hilo de justificaciones por unas pautas de conducta que se hallan bajo la lupa y que cierran el círculo de la década de andadura política de Errejón.

2024-10-25T12:41:03+02:00
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