La cooperativa agroalimentaria Garlan, que cuenta con 800 socios agrupados en siete cooperativas de primer grado con 19 centros de actividad, cuenta desde hace unos meses con un centro en la zona norte de Burgos y "con muchos socios y socias que son de zonas limítrofes de Castilla y León y Navarra", asegura María Alcántara, responsable de Legumbres y Calidad en Garlan. "Esta expansión refleja el interés creciente por un modelo cooperativo que no solo resiste ante las adversidades económicas, sino que se adapta con eficacia a los vaivenes del mercado y a las condiciones climáticas cada vez más exigentes".

Además del mercado directo al consumidor, Garlan produce materias primas para industrias alimentarias y de biocombustibles, "es súper importante adaptarnos a esas necesidades que hay en el consumidor final, ya sea con variedades más específicas o con productos transformados que sean más atractivos para el cliente final y que facilite ese consumo, que tengan valores añadidos como avena que trabajamos para que puedan hacer copos o bebidas vegetales, productos que no van a llevar nuestro nombre, pero que no dejan de ser cultivos que van a un mercado totalmente nuevo y que hace 10 o15 años ni siquiera estaban sobre la mesa".

La cooperativa encara con optimismo el nuevo ejercicio productivo que empieza realmente el 1 de julio y se extiende hasta el 30 de junio del año que viene, siguiendo el ciclo del cereal.  "Ha sido un año bastante complicado a nivel climático", reconoce Alcántara. "En las últimas semanas hemos pasado del otoño al verano, casi radicalmente, y ese cambio tan drástico, sobre todo en la fase final del cereal, nos puede repercutir un poco, porque en las últimas semanas es cuando la espiga se llena, se termina de madurar y si hay muchísimo calor, pues ese proceso se hace más rápido de lo recomendado y la espiga no engordaría lo suficiente".

En cuanto a los productos estrella en la sección de legumbres destaca la tradicional alubia pinta, a la que se han sumado otras variedades como la alubia arrocina o el garbanzo pedrosillano. "Como novedad podemos decir por fin que las tres variedades están disponibles también en tarro precocinado", señala Alcántara.