La Real ha completado este mediodía el segundo amistoso de pretemporada de la temporada 25/26. Los de Sergio Francisco, en unas condiciones malas y con un viaje potente a las espaldas, han caído contra el Nagasaki japonés, equipo de media tabla de la Segunda División de Japón, en su propia casa, y siendo superados ampliamente por los nipones. Estamos en pretemporada, y el resultado importa muy muy poco. Pero que una de tus figuras más imprescindibles y único jugador en hacer cosquillas a los rivales los últimos 6 meses salga a pedir fichajes sí es importante, y para nada prescindible.
Que un equipo de segunda de una liga que en el Ranking FIFA ocupe el puesto número 31 te baile en la segunda parte tras la paliza de viaje, el césped intratable y el calor sofocante en el segundo amistoso y la tercera semana de competición no es especialmente flagrante porque esto es lo que es: pretemporada. Lo mejor que puede hacer el aficionado es no ver el partido, aunque soy de los que piensan que los que ven los partidos de verano te dan más pistas de las que parece. No realizar más que un tiro a puerta a un rival de esta envergadura sin embargo sí que suscita sensaciones malas. Más porque no es un hecho puntual, es un mal endémico que el equipo sufrió en carnes vivas toda la temporada pasada hasta el punto de promediar 3 tiros a puerta por partido en la segunda vuelta. Y es que la Real ha demostrado que no solo tiene un problema de gol, tiene un problema de juego. Gordo. Y ahí entra Kubo.
Las declaraciones del japonés pidiendo fichajes demuestra que dentro del vestuario también sienten y padecen lo que vemos desde fuera: "Tenemos un nuevo entrenador, cosas que mejorar seguramente y cosas que están en muy buen de camino. Y a ver si viene algún jugador que otro de camino, porque al final sí que tenemos jóvenes que tienen muchas ganas y esto, pero necesitamos gente con experiencia o gente que nos traiga otro aire. Mientras sean buenos y que nos den un plus al equipo da igual donde sean, tanto de Zubieta como de fuera". El problema del gol, a análisis de todos, tenía dos patas: el juego, que con el cambio de entrenador damos por, por lo menos, abierto a cambio tras la incapacidad de Imanol en su último tramo de darle la vuelta, y la otra pata los jugadores; las herramientas que tiene esta Real, y que también señalábamos hace meses cuando la Real iba a la deriva goleadora.
Imanol no podía dar con la tecla, pero es que todas las teclas que tenía parecían no dar una nota buena salvo un extremo japonés que afinaba algo más. El resto, cero patatero. Cosa que achacamos en su día a un ciclo terminado. Porque la premisa de que el equipo fracasó el año que viene era porque los jugadores que tenía el equipo podían dar mas. Ahora las patas empiezan a cojear por este segundo pilar. Y es que la Real necesita como el comer futbolistas distintos a los que tiene si quiere un resultado distinto a lo vivido este año. Y repito, no es este partido quien lo ejemplifica: es Take Kubo pidiendo a gritos fichajes.