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El magnate y pederasta Jeffrey Epstein comenzó a amasar su fortuna tras cobrar una generosa recompensa de la familia de la actriz Ana Obregón y otras familias españolas, quienes le contrataron para recuperar sus inversiones en una firma de corretaje en quiebra, según The New York Times (NYT).
A principios de la década de 1980, Epstein salía con la famosa española, y en un momento dado, los Obregón, junto a otras familias de España, le pidieron ayuda para encontrar el dinero que habían invertido en la firma de inversiones Drysdale Securities, que acabó quebrándose. Epstein contactó con Bob Gold, un amigo y exfiscal federal, quien relató que tras una búsqueda de un año descubrieron que los fondos se encontraban en la sucursal de las Islas Caimán de un banco canadiense.
"Epstein recibió una generosa recompensa por haber encontrado el dinero", y esta ganancia, combinada con una presunta estafa al empresario Michael Stroll, "lo convirtió en millonario", según el NYT. Stroll acusó a Epstein de fugarse con gran parte de su inversión de 450.000 dólares, mientras que Douglas Leese, contratista de defensa británico, también le acusó de malversar a través de su cuenta de gastos.
Engaños y estrategias fraudulentas
Además, el NYT relata que Epstein amasó su riqueza mediante una serie de engaños y estrategias fraudulentas, incluyendo solicitar dinero a inversores externos —entre ellos el CEO de Simon & Schuster— para luego desaparecer con él, y exagerar sus lazos con David Rockefeller para impresionar a personas e instituciones poderosas. Su fortuna también se vio impulsada por el apoyo de Les Wexner, fundador de L Brands (Victoria’s Secret), quien le ayudó a relacionarse con figuras influyentes como el gestor de fondos de cobertura Ken Lipper.
Durante su etapa en la firma Bear Stearns (1976-1981), un miembro de la compañía le presentaba clientes y mujeres jóvenes a quienes Epstein enviaba a su apartamento, con quienes mantenía encuentros casuales o románticos. Además, falsamente afirmaba haberse graduado de la universidad, abusó de su cuenta de gastos y otorgó a su novia acceso privilegiado a inversiones en la firma. Epstein falleció en 2019 en una cárcel de Nueva York, donde esperaba el inicio de su juicio por tráfico sexual.