La 60. edición de la Durangoko Azoka ha amanecido bajo un cielo gris y amenazante, de esos que no prometen una jornada seca, pero aun así nada ha frenado la marea de estudiantes que, desde la apertura de puertas a las 10.30, ha inundado el recinto ferial. Como cada año, la Ikasle Goiza ha sido la encargada de abrir el telón de la feria, convirtiendo Durango en un hervidero de curiosidad, emoción y ganas de sumergirse en la creación cultural vasca.
Desde educación infantil hasta bachillerato, cientos de jóvenes llegados de todos los rincones de Euskal Herria han llenado los pasillos de Landako Gunea. Los stands apenas daban a basto para atender a tanto visitante, y el punto de información ha vivido momentos de auténtico frenesí. Algunos alumnos buscaban libros, otros música, otros cumplían retos para clase o corrían tras sus escritores y artistas favoritos para una entrevista improvisada.
Descubrir y disfrutar
“La Azoka es un lugar para descubrir libros diferentes que apoyan el euskera y que nos abren nuevas oportunidades”, ha explicado Noa Ruiz, alumna de bachillerato de Antigua-Luberri (Donostia). Para ella, acudir a la feria con la escuela "nos motiva más a leer y a acercarnos a contenidos a los que quizá no estamos tan acostumbrados en el día a día”.
La emoción era aún más evidente entre los niños y niñas de educación primaria de la ikastola Begoñazpi (Bilbao). Haizea, Eric, Danel, Beñat e Ixone no podían ocultar su entusiasmo y explicaban que “la Azoka es un sitio muy bonito para disfrutar de los libros; aquí disfrutamos y vivimos en euskera”. Han comentado también que este año quieren comprar “muchos libros”, aunque todavía no hayan decidido cuáles, y han compartido uno de los deseos más repetidos entre su grupo: “Nos gusta mucho la serie Go!azen y queremos conocer a los actores para que nos firmen su disco”. En sus mochilas guardan con cuidado los 20 euros que han traído para gastarlos entre libros y discos.
Algunos docentes viven esta cita desde una doble perspectiva, como acompañantes y también como visitantes. Es el caso de Iker Leal que participa por primera vez en la jornada escolar como profesor del Instituto de Ortuella. Entre risas contaba el reto que supone mantener al grupo junto y avanzar por el recinto: “Acabamos de llegar y estamos intentando llevarles hacia dentro… Queremos que vean los puestos, que compren si les apetece, y dar una vuelta por Durango para que conozcan el pueblo”. Para él, la Azoka es “un lugar de encuentro fundamental para creadores vascos, un motor para mover la cultura, descubrir autores, artistas…”. Mañana piensa volver, pero esta vez “con mis amigos, para verla de otra manera”.
Saguganbara, creatividad para los más peques
El espacio Saguganbara también ha vivido un arranque intenso. Según su responsable, Itxasne Arabiourrutia, la acogida de la Ikasle Goiza ha sido “muy buena, como cada año”. Durante la mañana han impartido dos talleres de comic dirigidos por Eñaut Aiartzaguena, cada uno de hora y media. “Hemos tenido dos escuelas participando en actividades que combinan teoría del dibujo y práctica artística, y la respuesta ha sido excelente”, señala Arabiourrutia.