Gure Txoko Basque Club de Sídney, fundado en 1966 por un grupo de familias vascas, se prepara para celebrar su 60º aniversario como uno de los pilares culturales de la comunidad vasca en Australia. Su actual presidente, Jon Urrejola, destaca el papel del centro como "una pequeña embajada de Euskal Herria al otro lado del planeta".
Durante estas seis décadas, el club ha mantenido viva la cultura vasca a través de la gastronomía, el idioma, las tradiciones y la convivencia. Cada domingo, voluntarios cocinan un menú sorpresa para decenas de comensales, con platos que van desde alubias hasta albóndigas, en un ambiente cercano y familiar.
Además, Gure Txoko organiza clases semanales de euskera para todo tipo de públicos, noches de pintxos, celebraciones como San Fermín, el Aberri Eguna o Santo Tomás, y hasta torneos de mus, donde el nivel, según Rejula, "es muy alto".
La historia de la diáspora vasca en Australia se remonta a principios del siglo XX, relacionada con el corte de caña, especialmente en Townsville, al norte del país. Hoy, el legado continúa en Sydney, donde nuevas generaciones siguen aprendiendo y compartiendo la cultura vasca.
El club colabora también con iniciativas como" Pintxo of Science" o el Kilómetro de la Diáspora, y mantiene un fuerte vínculo con Euskal Herria. "Aquí, aunque estemos lejos, seguimos conectados con nuestras raíces", afirma Rejula.