El aceite derramado en el suelo de la cocina es un incidente más común de lo que parece. Ocurre al cocinar, al rellenar una botella o al freír, y su consecuencia inmediata es doble: la mancha es difícil de limpiar y, además, se convierte en un riesgo de resbalón. La mayoría de personas recurre de forma automática al papel de cocina o a un trapo, pero este remedio improvisado puede empeorar el problema.
Así lo advierte Rosa Garalva, experta en limpieza muy seguida en redes sociales, que ha conseguido que un consejo casero suyo se vuelva viral. Con tono directo y sin rodeos, @rosagaralva explica: “Si se te cae aceite al suelo, no lo limpies con servilletas”. Su propuesta, lejos de complicar la tarea, apuesta por un recurso tan simple como eficaz: la harina.
Una vez abierto el envase comercial, lo mejor es guardar la harina en un tarro hermético.
La clave del método
Según Garalva, lo importante es absorber la grasa sin que se expanda. Y para ello, nada mejor que cubrirla con un producto seco y suelto, capaz de atrapar el aceite en lugar de repartirlo. “Vamos a cubrirlo con algo que absorba la grasa. En este caso, yo estoy usando harina, pero también podés usar maicena o, incluso, tierra o arena”, explica en uno de sus vídeos.
El procedimiento consiste en espolvorear generosamente la harina sobre la mancha recién hecha. En pocos segundos, el polvo comienza a absorber el aceite. Al extenderlo suavemente con movimientos circulares se incrementa la superficie de contacto y se acelera el proceso. El resultado es una masa pastosa que se retira sin esfuerzo, dejando la superficie limpia y, sobre todo, segura.
Por qué no funciona el papel de cocina
El hábito de echar mano del papel absorbente es comprensible, pero contraproducente. Como señala la experta, el papel se rompe en contacto con el aceite, se empapa y termina empujando la mancha hacia los lados. En lugar de eliminarla, lo que se consigue es extender el líquido y dejar el suelo todavía más resbaladizo. Algo parecido ocurre con los trapos: absorben parte del aceite, pero no lo suficiente, y dejan un rastro peligroso.
Garalva resume la idea con claridad: “lo importante es que el resultado sea ni rastro de suciedad y un piso seguro”.
Más allá del suelo
Aunque la recomendación principal está pensada para el suelo, este método casero tiene más aplicaciones. En el caso de que el aceite caiga sobre un tejido (un mantel, un sofá o una prenda de ropa), el procedimiento es similar: espolvorear harina y frotar con un cepillo suave. De este modo, el polvo absorbe la grasa antes de que penetre en las fibras. Después, basta con sacudir el exceso y, si es necesario, lavar la tela con normalidad.