En invierno los jerséis de punto grueso y lana son un básico, pero también de las prendas que más sufren con el lavado. El problema no es solo que puedan encoger; con frecuencia lo que pasa es lo contrario: se estiran, se abomban en codos y hombros, o pierden la forma original. Esto ocurre porque las fibras de lana y punto, cuando están mojadas, pesan más y se vuelven más sensibles a la fricción y al centrifugado. Si el jersey da vueltas libremente en el tambor, el tejido se “arrastra” y termina cediendo. Por eso conviene tratarlos como prendas delicadas aunque sean gorditas y parezcan resistentes.
El consejo clave
El truco más útil es muy simple: meter el jersey dentro de una bolsa para lavadora (o, si no tienes, dentro de una funda de almohada de algodón) antes de ponerlo en la máquina. Esa “segunda piel” reduce el roce directo contra el tambor y contra otras prendas, evita tirones y ayuda a que el peso del jersey mojado no lo vaya deformando mientras gira. Es una forma barata de proteger la prenda sin impedir que se lave bien.
La bolsa ayuda, pero hay que acompañarla con un lavado suave. Para un jersey grueso lo más seguro es elegir programa de lana o delicado, con agua fría o como mucho tibia (alrededor de 30 ºC). Las temperaturas altas abren más la fibra, favorecen que se deforme y aceleran el desgaste. También es importante bajar el centrifugado: 600 rpm o menos suele ser lo recomendable, porque a más velocidad más estirón recibe la prenda cuando está pesada de agua. Si tu lavadora permite poner centrifugado suave o incluso quitarlo, mejor.
Detergente suave y secado
En lana y punto conviene usar un detergente suave o específico para lana. Los detergentes muy fuertes pueden dejar la fibra áspera y hacer que pierda caída natural. Y cuidado con el suavizante: suele dejar una película que empeora la transpirabilidad y puede hacer que el tejido quede raro al tacto o se apelmace. Mejor evitarlo y confiar en un buen detergente y un aclarado bueno.
Muchos jerséis se estropean no en la lavadora, sino al secarlos. La regla a seguir es no colgarlo mojado. Si lo cuelgas en una percha o en un tendedero normal, el peso del agua tira del punto hacia abajo y ahí aparecen los estiramientos. Lo ideal es sacar el jersey, quitar el exceso de agua con una toalla sin retorcerlo, y dejarlo secando en horizontal, sobre otra toalla o un tendedero plano. Sin sol directo y lejos de radiadores potentes.
Jersey de color blanco colgado en el armario.
Cada cuánto lavarlos
Otro detalle importante: los jerséis de lana no necesitan lavarse cada pocos usos. La lana aguanta bien si la aireas, y cada lavado es un estrés para la fibra. Lo mejor es lavarlos solo cuando tengan manchas claras, olor o suciedad visible, y entre medias simplemente dejarlos ventilar.