El lehendakari da un mes para reactivar los traspasos mientras Sánchez estudia "alternativas"

Pedro Sánchez se enfrenta a la prueba del algodón. Ha pasado más de un año desde que transfirió al Gobierno vasco un paquete de materias del calendario que había prometido el propio Consejo de Ministros, y la situación de parálisis ha llegado a tal punto que ya tiene poca o ninguna credibilidad para el lehendakari el argumento de las dificultades técnicas. Iñigo Urkullu eleva la presión sobre el presidente español, porque ni siquiera se da la orden de iniciar un diálogo, es decir, de activar los cinco grupos de trabajo sobre las ofertas enviadas por la consejera Olatz Garamendi. Solo existe una negociación sobre las líneas de tren de cercanías, y el lehendakari exige que en este mes de septiembre se reactiven los traspasos y comiencen a verse resultados. Quedan una treintena de materias y todo este debate deja tocado el compromiso con el Estatuto de Gernika que dice tener el Gobierno español. Por segundo día consecutivo en el nuevo curso político, Urkullu ha presionado este miércoles con esta cuestión, lo que da una medida del estado de ánimo ante Sánchez.

El lehendakari fue interrogado sobre la marcha de las negociaciones en una entrevista en Radio Euskadi, donde no ocultó su escepticismo sobre las intenciones de Sánchez, más aún después de que el presidente dijera en el Congreso que cuatro de las materias de su propio calendario no son transferibles a juicio de los ministerios implicados. El Estado analiza ahora si son viables varios traspasos, aunque se comprometió en un calendario y el Estatuto es ley. Este periódico se ha puesto en contacto con el Ministerio de Política Territorial de Isabel Rodríguez para conocer su posición ante la petición de Urkullu, y desde el Ministerio añaden que, en los casos en que “no se considera viable un traspaso, se están valorando otras alternativas”. No precisan cuáles son esas vías, más allá de que “en todo caso contribuirán a reforzar el autogobierno”. A la espera de ver cómo evoluciona esta discusión, de entrada el Gobierno vasco siempre ha pedido transferencias íntegras, como con el IMV, y no sucedáneos. “En el caso de los ferrocarriles, el Estado ya puso una oferta en firme encima de la mesa”, añaden desde el Ministerio.

El asunto de la viabilidad de los traspasos alarma a Urkullu porque traslada la impresión de que se da marcha atrás en el compromiso o se cuestiona el contenido del Estatuto. El Ministerio sostiene que el Gobierno está estudiando las propuestas “y analizando todas las alternativas”. Urkullu aseguró que la ministra Isabel Rodríguez trató de “aclarar” a Garamendi en su reunión en Leioa lo que quiso decir el presidente, pero a él le sigue “quedando la duda” sobre sus intenciones. También recriminó al Estado que diga ahora que está analizando la “viabilidad" de los traspasos, algo que es “tanto como poner en duda el propio Estatuto de Gernika”. “Apelo a la clarificación de esas expresiones y al cumplimiento del compromiso”, dijo.

Septiembre, el mes clave

Preguntado sobre una fecha, dijo que “este próximo mes de septiembre debería ser el mes idóneo” para intentar cerrar todas estas cuestiones. Lo que reclama es que se reactive el traspaso de las competencias en septiembre. Pensar que todas se van a pactar este mes es complicado, pero lo que hace Urkullu es apretar para que comiencen a producirse resultados. El jefe del Gobierno vasco ya dijo el martes en el inicio del curso político que deben constituirse los grupos de trabajo sobre la transferencia de las autorizaciones iniciales de trabajo en migración, salvamento marítimo, gestión del litoral, fondo de protección a la cinematografía y meteorología, que son las cinco ofertas que ha enviado Garamendi.

La gestión del litoral se acaba de ceder a Canarias y el propio exministro de Política Territorial Miquel Iceta alentó la posibilidad de transferirla a Euskadi, pero ahora se da marcha atrás con el argumento de que la competencia no está muy detallada en el Estatuto de Gernika, donde sí aparece en su artículo 10. 31. Por ahora, el Gobierno español solo se compromete a cerrar el traspaso de los trenes de cercanías antes de negociar los Presupuestos estatales este otoño.

Respuesta política en caso de bloqueo

A Urkullu también se le preguntó qué puede suceder si no se cierra ningún avance en septiembre, es decir, cómo se puede reaccionar desde Euskadi. No pudo entrar demasiado en futuribles porque, por ejemplo, como él recordó, reactivar el debate para un nuevo estatus de autogobierno en el Parlamento Vasco está en manos de los partidos políticos. También queda en sus manos la relación con el Gobierno español. Urkullu se limitó a recordar que él seguirá gobernando con el compromiso que pactaron PNV y PSE en su programa, más y mejor autogobierno. Es un programa de coalición con el propio PSE, lo que obliga a medir también las reacciones.

Este debate tensiona las relaciones de Sánchez con el propio lehendakari, que ve cómo se margina la relación bilateral y se impulsan, por el contrario, conferencias sectoriales y multilaterales con todas las comunidades a la vez que ni siquiera se saldan muchas veces con políticas consensuadas. Urkullu ya amagó dos años seguidos con no acudir a la conferencia de presidentes veraniega y es muy crítico con Sánchez porque cree que no practica una cogobernanza real. Este miércoles ha repetido que no es consultado.

En cuanto a la estabilidad de Sánchez, el PNV tiene un acuerdo con él y quiere que la legislatura aguante, pero ya ha lanzado advertencias y podría castigarlo en algunas votaciones siempre que no afecten negativamente al bienestar de los vascos o su poder adquisitivo en esta crisis inflacionista. En todo caso, la relación de confianza quedaría tocada para una próxima investidura. Los sucesivos gobiernos españoles han desoído también pronunciamientos del Parlamento Vasco a favor de los traspasos como el aval al informe Zubia, o el reciente respaldo al traspaso de migración.

Mendia ve las diferencias con "normalidad" y pide trabajar

Mientras el Gobierno de Sánchez defiende que ha transferido más que Rajoy, Urkullu responde que el calendario data de 2020, ha pasado más de un año desde el pacto de prisiones y “todavía no hay avance ni siquiera en la convocatoria de las comisiones bilaterales para cinco materias”. Dijo que es un tiempo en el que “parece razonable” dudar del cumplimiento de ese compromiso. Confirmó que su última reunión con Sánchez fue el 2 de marzo, y que hay “muchas cuestiones” sobre las que hablar, como las conferencias sectoriales, los recursos judiciales, Europa o la situación estatal. Desde la parte socialista del Gobierno vasco, Idoia Mendia vio “con normalidad” las diferencias y apostó por trabajar “codo con codo” en la cadena Ser.