Alavés

El glorioso resurgir del 'káiser'

Víctor Laguardia celebra con rabia el único tanto del partido ante el Atlético.

Todos los alavesistas que pudieron acudir ayer a Mendizorroza tuvieron la oportunidad de presenciar la reconstrucción de la resquebrajada muralla albiazul. En el, probablemente, día más complicado para ello, pues a quien había que parar era al vigente campeón de liga, el Glorioso volvió a mostrar una seguridad defensiva a la altura de Primera División que, además, le llevó a estrenar por fin su casillero en esta nueva temporada –la sexta consecutiva en la máxima categoría–.

Pese al catastrófico arranque liguero, capaz de minar la moral de cualquiera, el Deportivo Alavés saltó al césped del Paseo de Cervantes muy mentalizado. Tanto que, por primera vez en este curso, se vio a los once futbolistas babazorros actuar al unísono en los diferentes aspectos de juego, lo que se tradujo en un bloque mucho más capacitado para detener las acometidas colchoneras. Sin embargo, aunque el papel de cada jugador fuera indispensable, también es cierto que un nombre brilló por encima de los demás; el de Víctor Laguardia.

El capitán aragonés, cuestionado en los últimos tiempos por su evidente bajón de rendimiento, emergió entre las sombras y, sin previo aviso, recordó a la afición gasteiztarra por qué es uno de los hombres más relevantes de la historia reciente del club. En una tarde solo apta para valientes, el Káiser asumió el liderazgo en el campo, se mostró imperial en cada ataque de los rojiblancos –incluso evitó en la línea el tanto visitante– y, por si lo anterior no fuera suficiente, marcó de cabeza el gol que le brindó al conjunto vitoriano el tan esperado primer triunfo con el que poder soñar de ahí en adelante.

Por ello, después de semejante gesta, a nadie le sorprendieron las palabras que Javi Calleja pronunció sobre Laguardia nada más terminar el choque. "Ha estado inconmensurable, pero no solo en lo futbolístico. Es un líder que anima a sus compañeros y que sabe transmitir lo que es este club y cómo hay que afrontar los partidos. Ha dado una lección y es, sin duda, un ejemplo como jugador y como persona", explicó el técnico madrileño.

Y todo ello, además, desde una posición hasta ahora inédita para el cinco alavesista, pues, tras siete temporadas como titular indiscutible en la zaga del Glorioso, el maño vio este verano por primera vez cómo su situación podría cambiar con el regreso de Florian Lejeune y la llegada de Matt Miazga, que fueron de la partida en Mestalla. Un cambio generacional que, si no se hubiera lesionado el central francés, seguramente hubiera tenido continuidad ante Osasuna, el Espanyol y el Atlético, pero que ahora, después de esta actuación del capitán albiazul, ya no está tan claro.

Loum se hace un sitio Otro de los futbolistas clave en el apartado defensivo del Alavés ayer fue Mamadou Loum. El mediocentro senegalés, cedido por el Oporto hasta final de la presente campaña, debutó con la zamarra azul y blanca en el estreno liguero y, desde entonces, ha ido sumando minutos hasta conseguir un puesto en el once de Calleja.

El africano cumplió en Cornellá, donde disputó todo el encuentro, y, ante el cuadro dirigido por el Cholo Simeone, mostró su mejor versión aportando al equipo una cantidad ingente de recuperaciones en campo propio que, posteriormente, se tradujeron en buenos contraataques.

No obstante, Loum aún debe mejorar con el balón en los pies, ya que, sobre todo en la recta final del choque, sus carencias en ese sentido provocaron varias pérdidas peligrosas.

El central maño marca su séptimo tanto como albiazul en Primera e iguala a Llorens como defensa más goleador en la máxima categoría

27/09/2021