El Zornotza ST no juega este fin de semana. La ventana FIBA obliga también a la LEB Plata, ahora denominada Segunda FEB, a tomarse un descanso, por lo que deberá esperar al domingo primero de diciembre para reanudar la competición y, de paso, jugar su próximo compromiso lejos de la cancha de Larrea.
Será en Sevilla, en una pista tan apetecible como la emblemática de San Pablo, y ante el Caja87, cuando llegue para la escuadra que entrena Javi García Panizo una nueva oportunidad para sumar su tercer triunfo de la temporada. Pero también para quitarse el amargo regusto que dejó el anterior viaje. Y es que, más allá del fondo de la derrota en el Palacio de los Deportes de Huesca tras jugar una prórroga que acabó 85-80. las formas dolieron si cabe más.
Si a los verdes ya les resulta complicado mantenerse en condiciones normales en una categoría exigente como esta si atendemos a presupuestos notablemente superiores, lo único que les faltaba es que asimismo les vayan poniendo por el camino inesperadas zancadillas. Tan sorprendentes como fuera de reglamento y de todo código ético y deportivo.
Su escolta estadounidense Kyle Cardaci jamás olvidará su debut con el club que preside Joxe Etxebarria. Había firmado solo unas pocas horas antes procedente del CB Tormes y se estrenaba ante el equipo aragonés, todo un clásico del basket estatal. El Peñas de toda la vida, doce temporadas en la Liga ACB, la última hace tres décadas. Transcurrían los últimos minutos de partido con extrema igualdad, y atacando los vizcaínos, no tuvo mejor ocurrencia Rafa Sanz, técnico de los locales, que erigirse en 'sexto jugador' de su equipo irrumpiendo en el rectángulo de juego y propinando una vergonzosa zancadilla a Kyle, con el 3 grabado en la espalda, cuando trataba de cortar por debajo del aro. La jugada, por cierto, concluyó en un triple anotado por los vizcaínos.
Este desafortunado e impune lance, que en un principio pasó desapercibido, ya que el jugador tocó el suelo y, sin llegar a caer, siguió el juego como si nada aunque miró hacia atrás en clara señal de incredulidad, y los árbitros, el aragonés Marín Abad y el navarro Fuentes Magarzo, tampoco se apercibieron de tal acción que debió ser sancionada sobre la marcha y también en los despachos a posteriori. Pasó inadvertida para el ojo humano, pero ahí quedan las imágenes, que no dejan lugar a la duda..