El presidente del Gernika Bizkaia, Gerardo Candina, ha anunciado este jueves que el equipo no disputará los encuentros de la fase de grupos de la EuroCup femenina de baloncesto frente al conjunto israelí Elitzur Ramla. La decisión, que aún debe ser refrendada por la junta directiva del club, responde a una postura de rechazo a la ofensiva militar en la franja de Gaza.
"La idea es no jugar el partido porque estamos absolutamente en contra del brutal genocidio en la franja de Gaza. Creo que todo el mundo tiene que darse cuenta de esto y, en este caso, que la FIBA actúe como tenga que actuar", declaró Candina en una entrevista concedida a la Cadena Ser.
El Bizkaia Gernika logró esta misma semana su clasificación para la fase de grupos de la EuroCup tras superar al Pas Gianina de Grecia. El sorteo lo encuadró en un grupo exigente junto al PEC húngaro, el Unión Deportiva de Portugal y el propio Elitzur Ramla. Según el calendario oficial, el conjunto vasco debería desplazarse a Israel en octubre y recibir al club israelí en noviembre en Maloste, su pabellón habitual.
Candina recalcó que, "por el momento se trata de una posición personal, aunque la intención es clara y firme: no enfrentarse al equipo israelí". En los próximos días, la junta directiva del Gernika deberá tomar una decisión oficial que posteriormente comunicará a la FIBA y a los organizadores de la competición.
El anuncio ha generado un intenso debate en el ámbito deportivo, no solo por la dimensión política de la medida, sino también por las posibles consecuencias disciplinarias que podría acarrear. La Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) establece sanciones económicas y deportivas para los equipos que renuncian a disputar partidos oficiales. Entre las posibles medidas se encuentran multas, la descalificación de la EuroCup o incluso la exclusión de futuras competiciones europeas.
No es la primera vez que un club europeo se enfrenta a este dilema. En 2013, varios equipos de distintos países decidieron no viajar a Israel ni recibir a equipos de ese país por motivos de seguridad, en un contexto de escalada bélica similar. Sin embargo, en aquel entonces la justificación se basó en el riesgo para jugadores y aficionados, mientras que la postura del Gernika apela directamente a un rechazo frontal a la política israelí en Gaza.
La noticia ha tenido repercusión inmediata en redes sociales, donde numerosos aficionados y colectivos han expresado su apoyo a la postura del club vizcaíno, al que consideran valiente por priorizar principios éticos por encima de los resultados deportivos. Otros, sin embargo, advierten de que la decisión podría tener un alto coste para la entidad y para las jugadoras, que ven en la EuroCup una oportunidad de crecimiento y proyección internacional.
El caso del Bizkaia Gernika abre así un nuevo frente en la intersección entre deporte y política, poniendo sobre la mesa un debate de alcance internacional: hasta qué punto los clubes y federaciones deben posicionarse frente a conflictos bélicos y crisis humanitarias. Mientras la junta directiva decide si hace oficial el boicot, todas las miradas están puestas en la reacción de la FIBA y en el impacto que esta decisión podría tener en el futuro deportivo del baloncesto vizcaíno.