En su tercera jornada, Durangoko Azoka ha protagonizado uno de los momentos más significativos de esta edición: un parón general de media hora en plena feria para denunciar el genocidio que sufre el pueblo palestino. Cientos de personas, visitantes y 136 participantes acreditados, han llenado Landako Plaza entre las 14.00 y las 14.30 horas en un acto que ha convertido la cultura en herramienta de denuncia y solidaridad.
El presidente de Gerediaga Elkartea, Gotzon Gomez, ha subrayado la voluntad de la Azoka de mirar más allá de los stands y la programación. “Hemos sentido la necesidad de parar para decir no al genocidio de Palestina y para lanzar un mensaje claro: no os dejaremos solos”, ha afirmado, reivindicando la responsabilidad del ámbito cultural ante un conflicto que sacude al mundo.
La cultura toma posición
Tras la intervención, la feria ha quedado en silencio para dar paso a una lectura colectiva de poemas y textos, con voces referentes de la literatura vasca y también palestina. El acto ha permitido que la Azoka, uno de los principales escaparates culturales del país, se posicione de forma explícita y colectiva ante la situación en Palestina.
La parada ha concluido con la actuación del grupo Esanezin, antes de que la actividad se retomara de manera habitual. Pero el mensaje, coinciden los organizadores, queda: la cultura también puede detenerse para tomar partido.
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