De Andrés no augura “un futuro muy feliz” al nuevo estatus en Madrid

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El PP de la comunidad autónoma vasca negó durante años la necesidad de reformar el Estatuto de Gernika para alcanzar un mayor autogobierno. El pasado mes de octubre, aceptó en teoría la necesidad de renovarlo, pero no para obtener más competencias, sino para “aportar libertad” a Euskadi, donde cree que solo cuenta la ideología nacionalista vasca. El PNV abrió una ronda de negociaciones en la que no estaba un PP que ni siquiera muestra interés en esta cuestión. Pero este miércoles, el presidente de los populares vascos, Javier de Andrés, ha vuelto a quejarse de que no cuenten con su partido, no ya porque sea un grupo más del Parlamento Vasco, sino porque “es el principal partido del conjunto de España”. “A no ser que lo que se pretenda es crear frustración en la sociedad en su relación con España, y tal vez pretenda eso el PNV, es inabordable un estatus que no tenga en consideración al principal partido de España. No anticipa un futuro muy feliz para ese texto”, avisó en Onda Cero.

Todavía no se ha llegado al Congreso de los diputados, porque el PNV sigue negociando con PSE y EH Bildu y espera ver en enero si hay agua en la piscina. Pero el propio Aitor Esteban reconocía lo que podía llegar en Madrid, no solo si el PP ganara unas elecciones generales adelantadas, sino con la posibilidad de que el PP interponga un recurso previo de inconstitucionalidad contra el texto antes de someterlo a referéndum y de que llegue a entrar siquiera en vigor. En cualquier caso, el PP de la CAV vuelve a quedar retratado como un muro en estos debates a pesar de que su representación la tenga en Euskadi, como ya sucedió con los debates sobre las transferencias.

Euskera

Por otro lado, sobre los sabotajes de Ernai, De Andrés dio por hecho que hay “gente mayorcita azuzando”. Y, después de que la vicelehendakari Bengoetxea y la consejera Ubarretxena alertaran de los movimientos en el tribunal superior de justicia para someter al TC los perfiles lingüísticos, De Andrés acusó al Gobierno vasco de “poner el euskera como un valor superior a todos los derechos fundamentales” y de “ideologizar” a la administración. Suyo es uno de los recursos en estudio.