Desde hace más de cien años, la Real Sociedad Canina de España (RSCE) desempeña un papel clave en la gestión del patrimonio canino, el impulso del deporte con perros y la potenciación del bienestar de los perros.
Fundada en 1911 con el objetivo de fomentar el desarrollo de los perros de raza en España, la entidad recibió poco después el patronado real del Rey Alfonso XIII, un respaldo institucional que marcó el inicio de su consolidación.
Hoy, la RSCE es la asociación canina más antigua y numerosa del país y ostenta el reconocimiento oficial de la Federación Cinológica Internacional (FCI), el máximo organismo cinófilo mundial, como representante de España. Este reconocimiento la sitúa como referente nacional e internacional en el ámbito de la cinofilia.
Nuestro invitado en Café con Patas, Pepe Bolaño, vicesecretario de la RSCE y delegado de la Comisión de Comunicación, define a la institución como "la primera asociación de amantes de los perros en España y la primera entidad de protección animal del país". Una afirmación que subraya una realidad: la labor de la RSCE va mucho más allá de la gestión de pedigrís o la organización de competiciones. Su trabajo se centra en la preservación y mejora de las razas caninas, la promoción del bienestar animal y el desarrollo de disciplinas deportivas que fortalecen el vínculo entre personas y perros.
Salud, patrimonio y bienestar como misión
La misión actual de la RSCE se articula en torno a un objetivo claro: conseguir perros más sanos, equilibrados y funcionales, capaces de integrarse mejor en la sociedad y favorecer una convivencia armónica con las personas. Para ello, la entidad trabaja en la conservación, mejora y promoción de las razas caninas bajo criterios de cría selectiva y responsable, prestando especial atención a las razas autóctonas españolas como parte del patrimonio cultural e histórico del país.
Una de las herramientas fundamentales para esta labor es el Libro de Orígenes Español (LOE), el registro genealógico oficial de las razas caninas. En él se inscriben los nacimientos de camadas, garantizando la trazabilidad, el origen y la pureza de las razas. Este sistema, reforzado mediante identificación por ADN, constituye un archivo de valor incalculable para el estudio y la preservación genética, además de ofrecer garantías claras a los propietarios sobre el origen de sus perros.
En los últimos años, la RSCE ha dado un paso más adaptándose a la sensibilidad social actual. La aprobación de nuevos estatutos ha permitido que la entidad se implique de forma explícita en el bienestar de todos los perros, incluidos aquellos que no son de raza, ampliando así su compromiso con la protección animal.
La cría responsable como prevención del abandono
Para Pepe Bolaño, la cría responsable de perros de raza es uno de los mecanismos más eficaces para prevenir el abandono. Según explica, esta responsabilidad se construye a través de la cría selectiva, las pruebas de salud y la evaluación funcional de los ejemplares mediante pruebas de morfología, deporte y trabajo en campo.
Los criadores integrados en la RSCE son profundos conocedores de sus razas y actúan como garantes de una convivencia responsable. No solo crían perros, sino que seleccionan cuidadosamente a las familias, asegurando que cada animal se integre en el entorno más adecuado. De este modo, el criador responsable se convierte en un aliado clave en la prevención del abandono, complementando la labor de las protectoras.
Con el objetivo de fomentar esta conciencia desde edades tempranas, la RSCE ha desarrollado, por ejemplo, el proyecto educativo "Soy más bonito por dentro", dirigido a centros escolares. La iniciativa enseña a los niños que tener un perro implica responsabilidad y reflexión, alejando la elección impulsiva y promoviendo la búsqueda del perro adecuado para cada familia.
Deporte canino y desafíos de futuro
La RSCE es también un motor del deporte canino en España. Bajo su paraguas se practican disciplinas como agility, IGP, Mondioring u obedience, abiertas tanto a perros de raza como mestizos. Estas actividades, bien planteadas, son una fuente de bienestar físico y emocional, fortalecen el vínculo con el guía y contribuyen a la estabilidad del perro.
Junto a las competiciones deportivas, las exposiciones de morfología y las pruebas de campo cumplen una función esencial: permiten seleccionar y mejorar las razas, respetando la funcionalidad para la que cada perro ha sido creado. Un perro que puede desarrollar sus capacidades naturales es, en palabras de la entidad, un perro más realizado y feliz.
Entre los principales retos actuales de la RSCE se encuentra la comunicación. La institución trabaja para acercar su labor a la sociedad y explicar el verdadero valor de la cría responsable, a menudo desconocido o malinterpretado. Con la creación de una Comisión de Comunicación, la RSCE busca visibilizar que sus criadores son, en realidad, los primeros defensores del bienestar y la protección animal.
Pepe Bolaño invita a todas las personas apasionadas por los perros a conocer de cerca la RSCE, una entidad que define como "100% inclusiva con los perros", donde todas las actividades se realizan junto a ellos y siempre en favor de su bienestar. Una institución centenaria que, lejos de anclarse en el pasado, sigue evolucionando para responder a los desafíos del presente.