Un aviso de un ciudadano ha sido el detonante que ha desembocado en el cierre de una residencia de animales de compañía que operaba sin licencia y en una vivienda unifamiliar. El ayuntamiento de una localidad de la comarca de Pamplona ha procedido a su cierre después de que el SEPRONA comprobara que el negocio operaba con graves deficiencias tal y como había denunciado una persona previamente.
Un animal muerto
La patrulla del SEPRONA intervino en el inmueble, en el que se localizaron varios perros. Los agentes constataron que uno de los animales había muerto después de ser agredido por otro y uno de los cuidadores presentaba una lesión por una mordedura. Posteriormente se elaboró un informe-denuncia que permitió al consistorio dictar la clausura de la actividad y sancionar económicamente a la persona responsable. Dos de los animales fueron trasladados al Centro de Atención de Animales del Ayuntamiento de Pamplona.
Sin la documentación obligatoria
Las inspecciones de la Guardia Civil revelaron la falta de documentación básica, de servicio veterinario responsable y de personal acreditado, además de la incompatibilidad urbanística de ubicar una guardería de este tipo en una vivienda en una zona residencial. Aun así, el servicio se publicitaba en internet y redes sociales.
La normativa de protección animal, de incidencia ambiental y la ordenanza municipal de la localidad exigen licencia, registro como núcleo zoológico, protocolos de bienestar y controles veterinarios, requisitos que no se cumplían en este caso.
En la actuación ha participado el Ayuntamiento de Pamplona, el ayuntamiento de la localidad en la que se ubicaba el centro irregular y el SEPRONA.