Más de 12.000 personas fueron atendidas durante el pasado 2024 en un contexto social protagonizado por la precariedad y la incertidumbre. No cambian las realidades de las personas vulnerables, pero si sus expectativas de una vida mejor. La precariedad económica y del empleo, la imposibilidad de acceder a una vivienda digna, las dificultades para el empadronamiento y la quiebra de la salud mental son factores que cruzan en una creciente complejidad de situaciones.
El informe apunta a la presencia de familias con hijos e hijas a su cuidado, la infancia, adolescencia y juventud y constata una brecha generacional que afecta, principalmente, a la infancia la juventud que pone en riesgo su futuro y por lo tanto el futuro de la sociedad.
Durante el pasado 2024 se acompañaron a personas en todas las etapas de la vida. Un 19% de las personas atendidas fueron menores de 18 años y otro 19% jóvenes de hasta 29 años. Más de 6.400 personas acompañadas (57% mujeres) se situaban entre los 30 y 64 años y más de 760 personas (76% mujeres) tenían más de 65 años.
Vivienda
En este apartado, Cáritas Bizkaia acompañó a más de 800 personas (34% mujeres) con respuestas en el ámbito de la vivienda. Además, se destinaron más de 270.000 euros en ayudas económicas para la vivienda y se facilitó que 215 personas accedieron a 61 viviendas gestionadas por la Fundación Eguzkilore.
Para responder a las situaciones de exclusión más graves, el Área de Personas Sin Hogar, atendió a cerca de 1.800 personas (9% mujeres) a través del acompañamiento personalizado en sus centros de día, centro de noche y viviendas tuteladas.
La organización asegura que más de 7.000 personas (53% mujeres) fueron acompañadas desde los 73 puntos de Acogida Integral y cerca de 1.800 personas (66%) recibieron atención y acompañamiento laboral a través de los servicios del Área de Empleo y Economía Solidaria, con el apoyo de las empresas de inserción que colaboran con Cáritas Bizkaia.