El Bilbao Basket encara ya la recta final de su preparación antes de iniciar, este sábado a las 18:00 horas en Málaga frente a Unicaja, una nueva temporada oficial en la Liga Endesa. El conjunto dirigido por Jaume Ponsarnau llega al arranque liguero con la sensación de haber cumplido con un verano de trabajo intenso, en el que ha alternado victorias y derrotas en los encuentros de preparación, y con el reto de consolidar un proyecto que este curso ha apostado por dar un paso más en talento y competitividad.
En la fase de amistosos, los vizcaínos se impusieron a Cantabria, Ourense y Lleida, mientras que perdieron ante rivales de mayor entidad como Gran Canaria, Zaragoza y Baskonia, en el marco de la Euskal Kopa. Estos duelos han servido para calibrar el nivel del equipo y también para integrar a los jugadores que se incorporaron más tarde debido a su participación en competiciones internacionales, como el Afrobasket o el Eurobasket. Además, el preparador catalán ha tenido que gestionar la baja de Moussa Bagayoko, que sufrió una subluxación en el hombro derecho y estará apartado de las canchas alrededor de mes y medio.
Jaume Ponsarnau
Ponsarnau, que encara su cuarta campaña consecutiva en Miribilla -una continuidad poco habitual en el baloncesto moderno y en especial en la ACB-, se mostró optimista con las posibilidades de su plantilla. "El club ha encontrado la forma de hacer un esfuerzo mayor y nos ha dado la posibilidad de sumar más talento. Queremos y tenemos que hacerlo mejor en una competición en la que todo el mundo ha mejorado y ha invertido más dinero, pero nosotros también", subrayó el entrenador.
La configuración del nuevo Bilbao Basket responde, en palabras del entrenador, "a una idea clara: aumentar el ritmo de juego, ser más sólidos en el rebote y disponer de mayor amenaza desde la línea de tres puntos. Creo que tenemos más talento para no depender tanto del juego colectivo y tenemos individualidades que pueden sobresalir. Hemos intentado además hacer un esfuerzo en mejorar dos factores que ahora son trascendentales y que están cambiando el paradigma del juego".
El técnico ilerdense, que este verano sumó experiencia internacional al trabajar con la Selección B española, valoró muy positivamente la mentalidad del grupo: "Tenemos una muy buena mentalidad de trabajo y muy buenos valores. Los jugadores han asumido pronto el reto de ser un equipo fuera de la pista, y en lo competitivo estamos avanzando en el proceso de identificar roles y crear feelings de juego".
Con estos mimbres, el Bilbao Basket se dispone a afrontar un curso en el que Miribilla volverá a ser clave. La afición bilbaína, una de las más fieles y entregadas de la ACB, espera que el equipo sea capaz de combinar el esfuerzo colectivo con la calidad individual que Ponsarnau ha querido potenciar. El estreno en Málaga, frente a un Unicaja consolidado como uno de los equipos más sólidos de la liga, será una primera prueba de fuego para medir hasta qué punto los "hombres de negro" han asimilado los nuevos automatismos y están preparados para competir desde el primer día.