La asociación Askabide, dedicada a apoyar a mujeres que ejercen o han ejercido la prostitución en Bilbao, celebra su 40º aniversario repasando la profunda transformación del fenómeno. Marian Arias, responsable del área de formación y sensibilización, destaca que, "a pesar de los años, el principal problema sigue siendo el estigma social".
Askabide surgió para dar apoyo a las mujeres que se concentraban en el barrio de las Cortes, y su seña de identidad, que es buscarlas donde estén, no ha cambiado. Sin embargo, el perfil de las atendidas ha dado un vuelco radical: "han pasado de ser un 100% mujeres de otros lugares del Estado español a un 95% de inmigrantes, generalmente en situaciones de exclusión económica".
La prostitución ya no se concentra en la calle; se ha deslocalizado a pisos facilitada por la tecnología. Esta invisibilidad, impulsada también por ordenanzas municipales, solo traslada el problema y no mejora la situación de las mujeres.
En cuanto al cliente, se confirma que son hombres en un 98%, reflejando una hipocresía social donde "nadie dice que es cliente", pero el servicio es habitual. Arias desmiente que el buen sueldo sea la causa principal para ejercer en el perfil de exclusión que atiende Askabide, ligándolo a la falta de oportunidades.
Respecto al debate legal, la asociación cree que las medidas punitivas (como multar al cliente) solo las llevan a la clandestinidad. Finalmente, lo que más impacta a la responsable de Askabide es la extrema soledad de estas mujeres, la falta de apoyo más allá de la propia entidad.