Actualizado hace 8 minutos
La lavadora se ha convertido en un electrodoméstico imprescindible, pero también en uno de los que más energía y agua consumen. Reducir su uso no significa renunciar a la higiene, sino aprender a cuidar la ropa con métodos alternativos que permiten espaciar los lavados.
Airear antes de lavar
Uno de los trucos más sencillos y eficaces consiste en colgar la ropa al aire libre después de usarla, especialmente si no está manchada ni impregnada de olores fuertes. Al airearse durante unas horas, las fibras se oxigenan, se eliminan restos de humedad y los olores se reducen de forma natural. Este hábito resulta ideal para camisas, chaquetas, vestidos ligeros o pantalones que han sido utilizados durante unas horas en un entorno ventilado. Además, sacudir la prenda antes de tenderla ayuda a soltar pequeñas partículas de polvo y a que recupere mejor su forma.
Colada de ropa blanca
Elegir tejidos prácticos y resistentes
Las fibras con las que está confeccionada la ropa influyen mucho en la frecuencia de lavado. El algodón, el lino y la lana tienden a transpirar mejor y retener menos olor, mientras que los tejidos sintéticos suelen concentrar más sudor. Cada vez es más común encontrar prendas con tratamientos antibacterianos que retrasan la aparición de malos olores, lo que permite darles más de un uso antes de llevarlas a la lavadora.
Vestido de lino con botones
Otra estrategia consiste en contar con ropa ligera y de secado rápido, ideal para alternar entre varias piezas y reducir así la necesidad de lavados continuos.
Cuidar el ambiente en casa
El entorno en el que se guarda la ropa también es determinante. Una vivienda con mucha humedad o poca ventilación provoca que las prendas absorban olores y se deterioren con mayor rapidez.
Mantener las ventanas abiertas un rato al día, utilizar ventiladores o incluso un deshumidificador puede marcar la diferencia. También conviene evitar guardar la ropa usada directamente en el armario, ya que puede transmitir olores al resto de prendas. Lo más recomendable es destinar un espacio para ventilar lo que se ha usado antes de decidir si realmente necesita pasar por la lavadora.
Clasificar la ropa
No toda la ropa merece el mismo tratamiento. La ropa interior y deportiva, que suele acumular sudor, sí necesita un lavado frecuente. Sin embargo, otras prendas como vaqueros, jerseys o chaquetas pueden reutilizarse varios días si se airean correctamente.
Todo lo que necesitas saber para olvidarte de las manchas de sudor de la ropa
Un consejo práctico es diferenciar la ropa por categorías: lo que exige limpieza inmediata y lo que puede aguantar más tiempo. Para refrescar aquellas piezas que solo tienen un ligero olor, funciona bien pulverizar una mezcla de agua con vinagre blanco o bicarbonato diluido, que neutraliza olores sin dañar el tejido.
Estos gestos permiten controlar más el uso de la lavadora sin comprometer la higiene ni la frescura de la ropa. Además, implican un ahorro económico en detergente, agua y electricidad, y un impacto positivo en la sostenibilidad.