La Diputación Foral ha entregado este miércoles a título póstumo la Medalla de Álava al sacerdote,, educador, escritor y emprendedor social, Luis de Lezama Barañano, que falleció el pasado mes de enero, tan solo tres semanas después de que se diera a conocer que sería el distinguido este año con la máxima distinción alavesa.
Su sobrino Jon Urrutia, presidente de la Fundación Iruaritz, ha sido el encargado de recoger en su nombre la medalla en un acto que ha acogido el Museo Artium, y que tuvo que ser pospuesto por el apagón general que tuvo lugar el 28 de abril
"Luis se sentiría hoy inmensamente orgulloso de la medalla. Fue un hombre natural, nacido en un pequeño pueblo pero que llegó a muchas personas con sus palabras y hechos. Un hombre inquieto, espiritual, soñador incansable, pero por encima de todo, un hombre que supo tender puentes. Siempre lo hizo desde la fe, porque era sacerdote, y desde un profundo respeto a los demás", ha destacado su sobrino del homenajeado.
"Esta medalla es para nosotros un enorme honor y un motivo de alegría. Sentimos que Álava le ha dado las gracias y por eso nosotros también queremos decir gracias", ha añadido.
Una vida dedicada a los desfavorecidos
Con la entrega de esta Medalla de Álava la Diputación ha querido reconocer la trayectoria e implicación de Lezama en la promoción de las personas desfavorecidas a través de la formación y el trabajo. El diputado general de Álava, Ramiro González, ha subrayado en su intervención que "en el padre Lezama reconocemos lo mejor de nosotros mismos: nuestra capacidad de acoger, de crear y de innovar con valores". Unas palabras que resumen la huella que el padre Lezama ha dejado en el Territorio alavés y en toda la sociedad. "Su vida es "una lección permanente de cómo unir tradición e innovación, fe y acción, raíz y horizonte, ha añadido.
"Hablar del padre Lezama es hablar de una vida entregada a servir", ha dicho González, que ha recordado la última conversación que mantuvo con él, poco antes de oficializar la concesión y poco antes también de su fallecimiento: "Le recuerdo ya frágil de salud, pero emocionado de verdad y muy agradecido".
Fe y entrega social
Luis de Lezama nació en Amurrio en 1936 y falleció en Madrid el pasado 11 de enero. Estudió Bachiller en el Colegio de los Jesuitas de Indautxu, y al concluir esta etapa se trasladó a Madrid para comenzar sus estudios en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería ICAI de la Universidad de Comillas.
Sin embargo, en 1955, ingresó en el Seminario Diocesano de Madrid se ordenó sacerdote en 1962.
En Chinchón, la primera parroquia a la que fue destinado, su conexión con el tejido social fue inmediata. Allí, impulsó distintas iniciativas orientadas a mejorar las condiciones de los trabajadores y acciones formativas dirigidas a jóvenes con problemas de inserción social.
Modelo empresarial de economía social pionero
De ese destino y de su posterior traslado al barrio madrileño de Entrevías, surgió en 1974 el inicio de la Taberna del Alabardero, que, fue el embrión del Grupo Lezama, un modelo empresarial de economía social pionero que se ha convertido en referente internacional, con locales en lugares como Marbella o Washington.
Estos restaurantes generan oportunidades a jóvenes con dificultades para desarrollarse profesional y humanamente, a través de la formación de calidad, la educación innovadora y la gestión hostelera.
También ha puesto en marcha la Fundación Iruaritz Lezama, la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla o el Colegio Santa María La Blanca en 2009 en el barrio madrileño de Montecarmelo.
Su proyecto más reciente ha sido la creación de la Universidad de Ciencias de la Gastronomía y el Turismo, que ofrece estudios de grado, posgrado y formación permanente reconocidos por la Universidad Complutense de Madrid.