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Agirregoitia evita el "fango" del debate y defiende las haciendas forales y la acogida

La confrontación de aspirantes a las europeas en TVE agota el primer bloque con Puigdemont, Israel y Begoña Gómez
Ribera, Montserrat, Riba, Montero, Galán, Agirregoitia y Buxadé, en el debate de RTVE
Ribera, Montserrat, Riba, Montero, Galán, Agirregoitia y Buxadé, en el debate de RTVE / Efe

El debate trataba sobre Europa, pero solo se habló de ella de vez en cuando, y unos más que otros. La discusión entre los candidatos a las elecciones europeas que celebró este jueves la televisión pública española, TVE, se convirtió, sobre todo en sus primeros minutos, en un tenso cruce de reproches al más puro estilo del Congreso de los Diputados entre el PSOE, PP, Vox y Podemos, mientras la candidata del PNV y los aspirantes catalanes trataban de abordar cuestiones relativas a su agenda y las lenguas cooficiales. Las formaciones mayoritarias del Estado se arrojaron los trastos a la cabeza con la amnistía, el expresident Carles Puigdemont, la investigación a Begoña Gómez (la esposa del presidente Sánchez), Israel o las “fresas de Marruecos regadas con aguas fecales”, según Vox.

En los bloques posteriores se recondujo ligeramente la dinámica y se introdujeron temas europeos. Aun así, se convirtió en toda una proeza detallar las propuestas del programa, una posición por la que optó Oihane Agirregoitia, la candidata del PNV y cabeza de lista de Ceus, la alianza con Coalición Canaria, Geroa Bai y los baleares Proposta per les Illes, con el apoyo de exlíderes del PDeCAT. Defendió la gestión directa de los fondos europeos desde las comunidades autónomas y la presencia con “voz y voto” de las haciendas de Bizkaia, Gipuzkoa, Araba y Nafarroa.

En el debate se podía pedir el voto en todo el Estado, ya que estas elecciones se celebran por circunscripción única. Tomaron parte nueve candidatos, y se pudieron utilizar las lenguas cooficiales. Sobre todo con el doblaje del catalán, en los primeros instantes se produjeron problemas con el sonido que dificultaron seguir las intervenciones, algo que pudo penalizar sobre todo en el turno de presentación al representante de Junts, Aleix Sarri, quien acudía en representación de Toni Comín, por estar “en el exilio”. El moderador Xabier Fortes tuvo serios problemas para que los participantes se ciñeran a sus tiempos y, al principio, el representante de Ciudadanos, Jordi Cañas, ignoró los avisos e hizo que el periodista tuviera que exclamar a pleno pulmón que ya no estaba en el uso de la palabra.

Modelo de Europa... o del Estado

Paradójicamente, fue en el primer bloque, sobre el modelo de Europa, cuando más se habló de política estatal y no de Bruselas. Abrió el debate Sarri, quien explicó que se encontraba ahí por el exilio de Puigdemont y Comín, y apostó por una Europa “que diga no a la represión”. “Queremos ser el Estado 28”, dijo. Cañas aseguró que esto no iba de Sánchez o Feijóo, de Begoña ni de Koldo, pero él mismo desvió el debate a que Europa “no es un lugar donde se amnistía a fugados de la justicia”. Dolors Montserrat, del PP, contrapuso su “defensa del Estado de Derecho” frente a los pactos con “prófugos de la justicia”. “No hay nada más ultra que eso”, lanzó. Después propondría un delito de traición a nivel europeo para aplicarlo contra el proceso soberanista catalán.

La ministra Teresa Ribera, desde el PSOE, trató de llevar de inmediato el debate a la polarización con la ultraderecha para concentrar el voto, y sacó provecho de la forma en que otros candidatos centraban sus críticas en ella por formar parte del Gobierno de Sánchez. Ella dijo que hace años le preguntaban por Catalunya en Europa “con gran desazón”, pero ahora le preguntan por la ultraderecha. Dijo que los derechos están en juego, y criticó que “todo el programa del PP se basa en una denuncia falsa”.

Estrella Galán, de Sumar, pidió una “condena firme del genocidio en Gaza” y reivindicó la gestión de los ERTE por parte de su líder en el Gobierno español, Yolanda Díaz. Jorge Buxadé, de Vox, aseguró que nadie estaba hablando de las preocupaciones “de los españoles”, y llevó hasta las políticas más sectoriales al terreno de la autarquía, ya sea sobre la migración o sobre la carne que no tiene “origen español”.

Diana Riba, cabeza de lista de ERC en la coalición Ahora Repúblicas de la que forma parte Bildu, pidió la oficialidad del catalán, gallego y euskera, defendió el derecho de autodeterminación, y una Europa más social. Irene Montero, de Podemos, con el pañuelo palestino, dedicó el primer bloque a pedir a Ribera que calificara de “genocidio” la masacre de Israel en Gaza, para que no sea “neutral entre un genocida y un pueblo masacrado”. “No quiero contestar a eso”, despachó Ribera, que siguió con el asunto de la ultraderecha y recriminó al PP que diferencie rangos de ultras a la hora de pactar.

Rifirrafe entre Agirregoitia y el PP por la migración

Le tocó cerrar a Agirregoitia pidiendo también la oficialidad del euskera, catalán y gallego; una Europa en paz y de los pueblos, un desarrollo humano sostenible con protagonismo para las mujeres y los jóvenes, una Europa que se reindustrialice, y que defienda a los agricultores y la pesca. En posteriores intervenciones, siguió enumerando propuestas y rechazó “entrar en el fango”. Por ejemplo, propuso un fondo de soberanía para apoyar proyectos industriales, y plantear los plazos para la transición ecológica con “consenso”.

Sobre la migración, se produjo un rifirrafe entre Agirregoitia y la popular Montserrat, cuando la jeltzale puso voz a sus socios canarios y pidió una financiación suficiente para afrontar la presión migratoria. El PP respondió que las islas ya están reconocidas como región ultraperiférica, pero Agirregoitia preguntó de manera insistente si tienen la financiación necesaria y le pidió que pregunte a los canarios. La jeltzale apostó por cambiar el pacto migratorio, “que no respeta iniciativas como las del Aita Mari”, y pidió una “acogida solidaria y obligatoria” para todos los países. “Como pueblo vasco, fuimos acogidos y debemos acoger”, defendió. Otro momento de tensión se produjo cuando Montero llamó racista a Buxadé y este contestó que ella es una “liberavioladores”. Montero le espetó un “que viva la lucha de las mujeres”.

2024-06-07T22:05:03+02:00
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