El Departamento de Salud, a través de su Dirección de Salud Pública, y Osakidetza han activado el Plan de Calor 2023, cuyo objetivo es prevenir y reducir el impacto del exceso de temperatura en la salud de la población, durante los meses más calurosos del año, con especial atención a los colectivos en situación de mayor vulnerabilidad.
Al igual que en años anteriores, el plan, en el que participan también de forma activa Euskalmet y Osalan, incluye información sobre los efectos en salud del calor y el modo de prevenirlos, así como recomendaciones de medidas preventivas, tanto para la población como para diversas instituciones.
Según ha indicado el Departamento de Salud, los principales riesgos de las altas temperaturas para la salud son la deshidratación, que se produce por la pérdida excesiva de agua y electrolitos por el sudor, y la insolación o golpe de calor, causada por un fallo en el sistema de termorregulación del cuerpo que dificulta la adaptación de la persona a una subida brusca de la temperatura.
La población de "riesgo", ha precisado Salud, son las personas mayores y niños menores de 4 años, mujeres embarazadas y lactantes y personas con enfermedades crónicas, con autonomía limitada y las que trabajan al aire libre.
Los síntomas a tener en cuenta son dolor de cabeza, cansancio, mareos, náuseas y fiebre. En casos más graves, puede haber convulsiones, cambios de comportamiento, alteración de la conciencia o desmayo, por lo que Salud recomienda avisar inmediatamente al 112.
Medidas preventivas
Para evitar la deshidratación, Salud aconseja beber agua y líquidos de manera frecuente, sin esperar a tener sed; evitar consumir bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas porque no calman la sed y favorecen la deshidratación; aumentar el consumo de ensaladas, verduras y frutas, para reponer las sales minerales que se pierden por el sudor; y evitar las comidas grasas y demasiado abundantes puesto que dificultan la adaptación al calor.
Para protegerse del calor, en el caso de estar al aire libre, se recomienda evitar la exposición solar en las horas centrales del día; no exponer nunca directamente al sol a bebés de menos de 6 meses; protegerse del sol mediante sombrero, gafas de sol y protector solar; y usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
También se aconseja evitar realizar actividad física intensa en las horas de más calor y programar la actividad a primera hora de la mañana o al caer la tarde. En caso de realizar travesías o senderismo es aconsejable consultar la predicción meteorológica y asegurar la provisión suficiente de agua.
Desde Salud piden consultar con el personal sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y estén relacionados con las altas temperaturas (debilidad, fatiga, mareos, náuseas, visión borrosa o desmayo).
En interiores, se aconseja aprovechar los momentos de menos calor para ventilar y refrescar las estancias; mantener ventanas y persianas cerradas cuando las temperaturas son altas; y evitar, en las horas más calurosas del día, el uso de máquinas y aparatos que produzcan calor. El uso de ventiladores, apuntan desde Salud, ayuda a refrescar los interiores y, si se nota mucho calor, conviene refrescarse el cuerpo, sobre todo cara y manos, con agua fresca.
Cuidar a las personas más frágiles
Aunque cualquier persona puede sufrir problemas por el calor, hay que prestar especial atención a bebés y menores, mujeres gestantes y lactantes, así como personas mayores y con enfermedades, ha indicado Salud.
En ese sentido, ha advertido que "nunca debe quedarse alguien en un vehículo estacionado y cerrado, aunque esté a la sombra, especialmente menores de edad, mayores o personas con enfermedades crónicas". Las personas ancianas, sobre todo las que viven solas o son dependientes, pueden tener dificultades en adoptar medidas protectoras, por lo que es conveniente visitarlas, al menos, una vez al día. En caso de emergencia, se debe llamar al 112.
El plan activado esta semana incluye asimismo una serie de recomendaciones para diferentes ámbitos e instituciones, entre ellas, las administraciones locales, los centros residenciales para personas mayores, servicios sanitarios, ámbito laboral y organización de pruebas deportivas. Al mismo tiempo, durante el periodo de activación del plan, se realizará un seguimiento específico de la mortalidad atribuida al calor.