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"A río revuelto, ganancia de pescadores”, dice el refrán, solo que en el caso de la inestabilidad de la política estatal Vox es el único que tras calzarse las alpargatas, remangarse la camisa y lanzar una red al agua, la recuperaba a rebosar de peces de todos los caladeros. Es el resultado del cerco judicial cada vez más estrecho alrededor de un PSOE acuciado por la corrupción, los escándalos sexuales y la minoría en el Congreso en la que le ha dejado Junts. El PP está de nuevo en una situación endiablada en la que trata de distanciarse del partido de Santiago Abascal pese a pactar con él, y donde la estrategia de endurecer su discurso favorece a la ultraderecha por el conocido axioma de que entre la copia y el original, el votante siempre elegirá esta segunda opción.
Sin embargo, el inicio de un nuevo ciclo electoral -el próximo domingo se celebran comicios autonómicos en Extremadura- se le está atragantando a Vox, al comprobar cómo se le abren las costuras sobre todo por el fuego amigo. Incluso ha sufrido un retroceso en el último CIS de diciembre, cuando hasta ahora las encuestas le atribuían un papel central de cara a decantar mayorías parlamentarias.
La progresiva desaparición de la primera línea política de todos los dirigentes que nutrían el núcleo duro de Vox cuando dio el salto al Congreso tiene su último ejemplo en Javier García Smith, apartado primero como portavoz adjunto en la Cámara baja y que no volverá a disputar la Alcaldía de Madrid al primer edil del PP, José Luis Martínez-Almeida. Todo ello, al igual que en el resto de casos que le precedieron, debido a sus desavenencias personales con Abascal y a su desacuerdo con la deriva del partido.
La última crisis tiene su epicentro en la organización juvenil Revuelta, sobre la que se cierne una sombra de sospecha que salpica a Vox, con la que tiene una indudable afinidad pese a que esta trate ahora de cortar amarras con sus cachorros. El motivo son las denuncias por el desvío de los fondos que recaudó Revuelta para ayudar a los damnificados por la dana de Valencia, que se habrían destinado a otros fines.
El pasado octubre, el exvicepresidente de Revuelta Arturo Villarroya -asesor del líder de Vox en Bruselas, Jorge Buxadé- solicitó al presidente de la organización, Jaime Hernández Zúñiga, convocar una junta directiva y una asamblea ante notario para revisar la situación y decidir la liquidación ordenada del colectivo, saldando cuentas fiscales pendientes y donando cualquier remanente a los damnificados reales. De forma paralela, Vox alega que exigió “transparencia absoluta”. Ante el portazo de Hernández Zúñiga, que se negó incluso a presentar las cuentas, tanto Villarroya como el miembro de la Junta Directiva Javier Esteban Bejarano presentaron su dimisión el 5 de noviembre.
El 30 de noviembre, interpusieron una denuncia contra Revuelta ante la Fiscalía por “presuntas irregularidades graves, posible estafa en el destino de fondos y cobro de cuotas de afiliación sin derechos asociados” contra el presidente de la asociación, el secretario, Pablo González Gasca, y el vocal Santiago Aneiros, en la práctica sus máximos dirigentes.
El mismo día 30, Vox denunció a Revuelta por irregularidades en su gestión económica y funcionamiento ante la Autoridad Independiente de Protección del Informante, organismo creado por Moncloa el pasado 1 de septiembre para proteger a las personas que faciliten información sobre fraudes y corrupción.
Mientras, Compromís pedirá al Tribunal de Cuentas una auditoría urgente de la recolecta de Revuelta por la dana y Sumar quiere llevar a miembros de este colectivo y de Vox ante la comisión de investigación de las riadas en el Congreso.
Pese a que el partido de Abascal trata de desvincularse de Revuelta asegurando que “no forma parte de Vox”, están conectados desde que el movimiento juvenil se dio a conocer a finales de 2023 como promotor de las protestas ante la sede del PSOE en Ferraz por la ley de amnistía, que fueron apoyadas por Vox y sus grupos afines. Esa Nochevieja, colgaron y apalearon a un muñeco que representaba al presidente español, Pedro Sánchez. Días después, la Policía Nacional citó para tomar declaración al convocante de la protesta.
Revuelta también tuvo protagonismo en la concentración contra la ley de amnistía y las políticas de Pedro Sánchez promovida el 29 de octubre de 2023 en la Plaza de Colón por la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes), fundada por Abascal, y en la que su portavoz, César Planel, fue uno de los que intervinieron ante los miles de manifestantes. El 14 de febrero de 2024, miembros de Vox y Revuelta realizaron en Barcelona un acto de homenaje a los dos guardias civiles fallecidos en Barbate tras ser arrollados por una narcolancha.
Abascal da un paso atrás
A la espera de comprobar cómo puede afectar esta marejada a las opciones electorales de Vox, el sondeo del CIS conocido el pasado viernes arrojaba un cambio en su tendencia ascendente de los últimos meses y le asignaba un 17,6%, un punto menos que en la encuesta de noviembre y por debajo del récord que marcó en el mes de julio, con un 18,9%.
Además, si en el penúltimo CIS Santiago Abascal se marcó el tanto de superar al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el ranking de líderes políticos más valorados con un 11% frente al 8,8% del popular, ahora se han invertido las tornas y Feijóo vuelve a ser segundo (10,6%) y Abascal tercero (9,6%), mientras el socialista Pedro Sánchez mantiene la pole position con el 23,4%.
La pugna entre PP y Vox se ha trasladado a la arena electoral en Extremadura, al menos en lo que al fragor de la campaña se refiere, ya que pocos dudan de que, de ser necesario, volverán a pactar la investidura de la popular María Guardiola.
Con Abascal omnipresente en tierras extremeñas, al ser su candidato el menos conocido de los cuatro con opciones de entrar en la Asamblea, Guardiola ha achacado sus críticas a un sesgo machista. “No debe ver bien que haya mujeres que lideremos con firmeza”, ha dicho.
El expresidente José María Aznar ha censurado el “populismo” de Vox por centrar sus ataques en Guardiola para que “no pueda gobernar”, y Alberto Núñez Feijóo ha pedido también el apoyo del votante socialista o de cualquier otro partido para tener una mayoría amplia que permita a Guardiola gobernar en solitario y sin depender de Vox.