Política

2026: entre el fantasma electoral y la búsqueda de grandes acuerdos en Euskadi

El foro de seguridad, el desenlace del nuevo estatus, las transferencias y el euskera en las OPE marcarán el debate vasco. La cercanía de las municipales, forales y españolas pone el diálogo a prueba
El consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, y el lehendakari, Imanol Pradales, en el Basque Segurtasun Foroa / Efe

El Gobierno vasco puede afrontar el próximo año 2026 con la tranquilidad que le da la mayoría absoluta que suman PNV y PSE. En teoría, todo lo que dependa de ellos reúne los votos necesarios para salir adelante, y podrán evitar la imagen de parálisis institucional que atenaza al Congreso de los diputados en el Estado español o al Gobierno francés. El Ejecutivo de Pradales ha cerrado el año con los Presupuestos para 2026 aprobados y superando también la votación de la Ley de medidas urgentes en materia de vivienda pese al rechazo de la oposición. Además, en las instituciones donde PNV y PSE sí necesitaban a un tercer socio, la apuesta de Podemos por influir en la política vasca los ha permitido aprobar las Cuentas de las diputaciones de Gipuzkoa y Araba, así como la revisión fiscal.

Ahora bien, este partido no tiene representación en la institución de ámbito nacional, el Parlamento Vasco. Y, en el ámbito nacional, hay varios debates que marcarán el próximo año 2026 y donde se va a intentar un acuerdo más allá de PNV y PSE. Además, algunos acuerdos, como los relacionados con el cumplimiento de las transferencias del Estatuto de Gernika vigente y el autogobierno futuro, dependen de la interlocución que se pueda tener con el Gobierno español de Pedro Sánchez, cuya continuidad está ahora mismo en el aire. Y hay otros ámbitos muy sensibles donde, pese a la teórica mayoría absoluta que tienen sobre el papel PNV y PSE, las posiciones de partida han estado muy alejadas entre los socios y se sigue trabajando, como ocurre con el blindaje del euskera en las ofertas públicas de empleo. En este debate ha irrumpido como un torpedo la decisión del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco de elevar al Constitucional el sistema en sí mismo de los perfiles lingüísticos. Está por ver si influye en esta negociación. PNV y PSE, por lo pronto, cuentan con el aliciente que ha supuesto superar otro gran desencuentro, el que tenían en materia de vivienda, que se remontaba a la aprobación de la ley vasca en 2015 con una mayoría alternativa sin los jeltzales. De todos modos, el lehendakari Pradales se ha destacado por elevar la mirada más allá del uso del euskera en la administración y anunció un proceso de reflexión más amplio sobre su uso social, Jauzia Gara, que va a desembocar en un congreso en 2027 y que, por tanto, seguirá desarrollándose en el próximo año.

Habrá que ver si los partidos serán capaces de abstraerse de la proximidad de las convocatorias electorales. Pedro Sánchez insiste en que aguantará hasta 2027, pero el momento clave para despejar esta incógnita será el primer o segundo trimestre de 2026. En suelo vasco, esta incertidumbre afecta directamente a la posición del PP, que prefiere quedar al margen de las políticas para escenificar que es una alternativa a Sánchez y sus socios. Lo que sí está claro es que las municipales y forales serán en mayo de 2027, y no es difícil imaginar que el segundo semestre de 2026 va a estar muy condicionado por ese clima.

Primer hito: nuevo estatus

En principio, el año 2026 tiene que comenzar despejando la incógnita sobre el futuro del nuevo estatus de autogobierno. PNV, PSE y EH Bildu negocian desde hace meses y en un ámbito de discreción unas posibles bases para remitirlas primero al Parlamento Vasco y después a las Cortes estatales, para su posterior referéndum entre la ciudadanía de la comunidad autónoma. El presidente del EBB del PNV, Aitor Esteban, anunció en una entrevista con Grupo Noticias que habría que despejar en enero a más tardar si hay agua en la piscina o si el acuerdo entre estos tres partidos vascos no es posible. Esteban constató que el debate no se puede alargar de manera indefinida porque solo sirve para alimentar las especulaciones en la prensa y eso hace un flaco favor a esta reivindicación.

Leyendo entre líneas las declaraciones públicas de unos y otros, parece que vuelve a estar sobre la mesa no solo el reconocimiento nacional de Euskadi, sino también el blindaje de las competencias con la idea del Concierto Político, que ya se plasmó por escrito en la ponencia de autogobierno del Parlamento antes del coronavirus. Pero el intríngulis siempre ha sido buscar que las garantías sean reales y efectivas. Y no es sencillo asegurarlo. A todo ello se le suma el clima español, con la actual mayoría del Congreso en el aire y pendiente de unas elecciones generales que muchos creen que son inevitables en el corto o medio plazo. Si no las hubiera hasta 2027, aún quedaría otra posibilidad que está cantada: un recurso previo de inconstitucionalidad del PP contra el texto que se apruebe, de manera que quedaría sin aplicarse y en suspenso antes incluso de someterse a referéndum. Para más inri, la posibilidad de interponer un recurso previo la recuperó el PP de la mano del PSOE, y el PNV ha intentado desde entonces su derogación. Por otro lado, el PNV hubiera querido cerrar antes la carpeta de las transferencias del Estatuto vigente, el de 1979, y aún queda un trecho. Habrá que ver cómo afecta a los plazos del nuevo estatus el atasco de los traspasos.

El año 2025 acaba con Sánchez incumpliendo su pacto de investidura con el PNV, ya que el Gobierno español tendría que haber cedido todas las competencias en dos años improrrogables. Las discrepancias sobre la financiación de la Seguridad Social han provocado un retraso forzoso de la Comisión Mixta que iba a cerrar cinco competencias este lunes. Se espera que pueda producirse la firma el 16 de enero. Ese mes es la reválida de Sánchez, que debería convocar también la Comisión Permanente con el lehendakari para abordar el cierre total del Estatuto y las otras 16 materias que quedan. Las transferencias se han utilizado tradicionalmente como moneda de cambio de los sucesivos gobiernos españoles para tener una palanca con la que presionar al PNV y conseguir que aprobara sus Presupuestos, y ahora se especula con que Sánchez quiera estirar el chicle de la negociación para dar contenido a una legislatura zombi. Quedan materias como los aeropuertos de Loiu, Foronda y Hondarribia; y los puertos de Pasaia y Bilbao.

Pello Otxandiano, las elecciones y los pactos parciales

En cuanto a la relación entre los partidos vascos, sobrevuela el efecto que pueda tener la proximidad de las elecciones municipales y forales. Ha sido el portavoz parlamentario de EH Bildu, Pello Otxandiano, quien ha sacado varias veces a relucir la cercanía de los comicios en sus intervenciones en el Parlamento Vasco (la última, el martes en la votación de los Presupuestos, donde pidió que esas elecciones no sean incompatibles con la búsqueda de acuerdos). En ámbitos jeltzales suena a excusatio non petita, accusatio manifesta. La semana ha terminado, de hecho, con la publicación de una encuesta sobre las autonómicas encargada por EH Bildu a Aztiker. El sondeo prevé la victoria de EH Bildu con 28 escaños (uno más que ahora, que ganaría en Araba), mientras el PNV mantendría los 27 actuales. La publicación del sondeo da la réplica al Sociómetro del Gobierno vasco, que auguraba un cambio de tendencia a favor del PNV, con 29 escaños, frente a una EH Bildu estancada en 27.

El secretario de EH Bildu, Arnaldo Otegi, en la conferencia política de septiembre EH Bildu

Lo cierto es que los acuerdos con EH Bildu prácticamente se habían extinguido ya: ha rechazado la Ley de medidas urgentes de vivienda, la línea de avales para ayudar a pagar la hipoteca, la revisión fiscal, y tampoco ha acordado los Presupuestos del Gobierno vasco ni de las tres diputaciones aunque el año pasado sí lo hizo en Bizkaia y Araba. Los pactos de país los ofrece fundamentalmente en el campo de la identidad nacional vasca, en cuestiones como el euskera que desgastan menos a ese partido que hacerse corresponsable de la gestión cotidiana de los servicios públicos. Ha descartado los acuerdos sobre vivienda, lo que siembra de incógnitas la aplicación de la ley de PNV y PSE en sus 107 municipios, al menos en lo que respecta a reducir la reserva de suelo protegido del 75% al 60% para agilizar la construcción. Solo ofrece “pactos parciales” en otros ámbitos de gestión, en industria, seguridad o salud. Este es un nuevo concepto que acuñó Pello Otxandiano y le permite suavizar ante la opinión pública sus negativas al PNV. Él mismo había bautizado la mesa para el acuerdo sanitario como el “no pacto” de salud, pero ahora dice que fue un acuerdo parcial. El consejero Alberto Martínez propuso una reunión de seguimiento para el 7 de abril de 2026 que puede testar si hay o no voluntad en EH Bildu.

Seguridad

También está señalada para el 21 de julio de 2026 la fase de conclusiones del Basque Segurtasun Foroa. El consejero Bingen Zupiria está dinamizando los encuentros en las comisarías con la finalidad de enriquecer el Plan de Integral 2026-2030. EH Bildu no ha articulado un discurso más allá del uso de la fuerza de la Ertzaintza, aunque este foro acoge debates más amplios sobre la seguridad en las calles, la ciberdelincuencia, tráfico de drogas o clima extremo.

Pradales ha detectado una preocupación social al alza en las encuestas y, por tanto, este será uno de los debates estratégicos para 2026. Pero no será fácil. La publicación del origen geográfico de los detenidos ha enconado aún más la brecha con Bildu, y provocó un desencuentro entre los propios socios, PNV y PSE, aunque este choque se ha ido matizando: el Govern socialista de Catalunya va a seguir el mismo camino, y el PSE ha propuesto reconducirlo hacia un gran estudio que recoja las causas económicas.

El debate de la migración será otro de los ejes de la discusión pública, con Pradales pidiendo más competencias al respecto al Estado y que diseñe una estrategia estructurada para la atención de estas personas.

El posible aterrizaje de una multinacional y el impulso a la industria

Tras la aprobación de los Presupuestos para 2026, el Gobierno vasco podrá desplegar los casi mil millones de euros de la alianza financiera para la industria y, además, el lehendakari Pradales confirmó que su Ejecutivo está redoblando su diplomacia para que puedan aterrizar en la comunidad autónoma hasta cuatro proyectos multinacionales en los próximos años. En 2026, podría cuajar alguno de ellos, aunque el propio Pradales no ha querido detallar cuáles son (llegó a bromear diciendo que pediría al consejero Jauregi que mantuviera la boca cerrada). Los proyectos estarían relacionados con sectores como la automoción y la energía. Pero, además, el Gobierno tiene ante sí el reto de introducir los cambios necesarios para movilizar el dinero que está cautivo en las Entidades de Previsión Social Voluntaria para que ayude con las inversiones industriales. Esta es una idea que entraña su complejidad y exigirá pedagogía entre propios y extraños por las dudas que se han elevado sobre las garantías de retorno para un dinero que se usa para garantizar el retiro laboral.

Por otro lado, ELA, LAB, Steilas, Hiru y Etxalde han convocado una huelga general el próximo 17 de marzo para exigir que el salario mínimo interprofesional se decida en la comunidad autónoma vasca y en Nafarroa, y que ascienda a 1.500 euros como mínimo. La convocatoria de huelga, por tanto, no afecta solo a la CAV, sino también a Nafarroa, y no se dirige exclusivamente contra el Ejecutivo de Pradales. El Gobierno vasco, de la mano del vicelehendakari segundo, el socialista Mikel Torres, trató de impulsar un salario mínimo de convenio por la vía del acuerdo entre la patronal y los sindicatos, ya que no puede imponerlo por ley en la medida en que la competencia está en manos del Estado español. Sin embargo, después de que el Parlamento Vasco rechazara una iniciativa legislativa popular, la situación se ha crispado y los sindicatos retoman la vía de la confrontación en las calles. Torres había ofrecido una horquilla que, en su previsión más optimista, alcanzaba los 1.390 euros, pero Confebask lo rechaza.

Algunos retos de 2026

Autogobierno

En enero debería despejarse si PNV, PSE y Bildu pueden lograr un acuerdo sobre el nuevo estatus de autogobierno. Y quedan por cerrar los traspasos del Estatuto vigente.

Foro de seguridad

Las conclusiones llegarán a partir de julio.

Euskera

El Parlamento sigue tramitando las iniciativas de PNV y EH Bildu para blindar los perfiles en las ofertas de empleo público.

Pacto de la mesa de salud

La cita de seguimiento estaba prevista para el 7 de abril.

Macrorregión, Unesco...

El Consejo Europeo ha iniciado la creación de la macrorregión atlántica que agruparía a territorios como la CAV. Y Sánchez promete impulsar la participación de Euskadi y Catalunya en la Unesco como miembros asociados.

Calidad democrática

El 13 de enero comienza a trabajar la ponencia parlamentaria que impulsó Pradales para mejorar la gestión pública.

28/12/2025