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Y ahora, ¿qué hacemos”

El congreso Kontzilia ‘Abriendo caminos a la conciliación’ ha debatido esta semana con instituciones, empresas y familias sobre los retos de compaginar vida laboral y familiar
José Abascal, director industrial de la empresa Jeremías.

Cuando llega un recién nacido a la familia, la gran pregunta suele ser: y ahora, ¿como nos organizamos? Esa es la duda que sobrevoló a Aitor Muñoz y su pareja cuando nació su hija hace un año. “Lo que dijimos fue: vamos a poner todas las cartas sobre la mesa. Teníamos claro que queríamos alargar la baja de los dos lo máximo posible para no tener que llevar a la niña a la guardería con cuatro meses. Y cuando yo me incorporé al trabajo fue con toda la flexibilidad del mundo”, explica este hombre de 35 años, director de producto en la empresa Jeremías, de Iurreta. En su caso, la flexibilidad fue poder teletrabajar cuatro días a la semana. A medida que la pequeña fue creciendo, en cambio, dejó de hacer uso del teletrabajo de forma habitual “porque estamos en un punto que tenemos que desarrollar más productos y tengo que estar aquí”.

Lo que sí hace es entrar más tarde a trabajar para poder llevar a la niña a la guardería y luego es su madre, que termina su jornada laboral al mediodía, la que va a recogerla. A estos malabarismos, con los que lidian cada día miles de parejas en Euskadi, se llama conciliación. Y no es un asunto fácil. De hecho, según el Instituto Vasco de Estadística-Eustat, el 28% de las personas ocupadas en Euskadi tiene muchas dificultades a la hora de atender a hijos menores o personas dependientes. Este alto grado de dificultad también lo percibe el 24% de las personas ocupadas cuando se trata de conciliar el trabajo con la realización de actividades personales.

Cuando tienes hijos suele ser un momento clave en tu carrera profesional si quieres impulsarla. Pero bueno, yo lo plantee a la empresa y disfruto de esa flexibilidad. Cuando los proyectos lo requieren y me tengo que quedar, pues lo hago, pero si otro día mi trabajo está acabado, me voy antes. Ahora, trato de compactar el trabajo en menos tiempo”, explica Aitor Muñoz. El director industrial de Jeremías, que se dedica a la fabricación de tubos para chimeneas, chimeneas modulares metálicas y conductos de evacuación de humos y gases, asegura que la fórmula de su empresa es flexibilidad y creatividad. “La clave es buscar el encuentro y que se dé de forma natural. Nos importan las personas y hay que buscar el equilibrio. Es una relación basada en la confianza”, apunta José Abascal. “Nosotros entendemos que hay que ponerle facilidades a la gente, gestionar la vida laboral y familiar es complicadísimo, como para no poner facilidades”, subraya, Es decir, aplican un modelo basado más en la productividad que en las horas dedicadas. Con la opción del teletrabajo muy presente. “Nosotros ya lo teníamos antes de la pandemia. Y ahora hay gente que se acoge a él algún día a la semana”, apunta.

La empresa cuenta con 195 trabajadores –84% hombres y 16% mujeres–, de los que el 17% están acogidos a algún tipo de reducción de jornada. “Hay empleados que con total normalidad nos han dicho: en los siguientes cuatro meses voy a tener un problema x en mi familia y durante ese tiempo se reducen dos horas la jornada”, pone como ejemplo. Oscar Cotera, de 42 años y con dos hijos de siete y un año, no es uno de ellos. Trabaja a relevos y asegura que su horario le permite disponer de tiempo para dedicarse a su familia. “Además tengo flexibilidad; si un día tengo que salir una hora antes, por ejemplo, entro una hora antes. Pero no he tenido que recurrir a eso más que unas cinco veces”, sostiene. En su caso, es su mujer quien cuenta con reducción de jornada. En su casa también se dio el famoso debate y se puso sobre la mesa el peso de cada sueldo en la economía familiar. Un clásico que sigue visibilizando la brecha salarial entre hombres y mujeres.

Esta misma semana, la vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, reveló que todavía existe una diferencia salarial de 6.000 euros al año. Esta es una de las razones por las que son las mujeres quienes mayoritariamente se acogen a reducciones de jornada.

También porque son ellas quienes siguen asumiendo la carga principal de los cuidados. De hecho, según Eustat, respecto al tiempo diario dedicado al cuidado de hijos y personas dependientes se perciben diferencias entre el tiempo empleado por hombres y mujeres. Así, las mujeres que trabajan fuera de casa y tienen hijos menores de 15 años destinan de media 1,1 horas más al día a su cuidado que los hombres que se encuentran en la misma situación (4,7 y 3,6 horas, respectivamente).

La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Nerea Melgosa, clausuró hace unos días el congreso Kontzilia Abriendo caminos a la conciliación –en el que participaron representantes de Jeremías–, resaltando la importancia de la conciliación como “una cuestión de justicia social que contribuye a la igualdad de oportunidades”. “La conciliación no es un lujo, sino una necesidad para una sociedad saludable y equitativa. No solo mejora la calidad de vida de las personas trabajadoras y sus familias, sino que también tiene beneficios tangibles para las empresas y para la sociedad en su conjunto”, concluyó.

19/06/2023