El Pleno del Ayuntamiento de Pamplona ha dado su aprobación definitiva del proyecto de Presupuestos municipales para el ejercicio 2026, alcanzando la cifra récord de 293,78 millones de euros. Esta cantidad no solo supera el presupuesto anterior, de 283 millones en 2025, sino que se posiciona como el más elevado en la historia de la capital navarra. La aprobación ha contado con el respaldo de las fuerzas que conforman el equipo de Gobierno -EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin- y el apoyo decisivo del PSN.
La sesión plenaria ha concluido con el rechazo de las enmiendas a la totalidad presentadas por UPN y PPN, grupos que votaron en contra del proyecto global. Los defensores del presupuesto destacaron la solidez del gobierno y la estabilidad política que ha permitido alcanzar este tercer acuerdo presupuestario consecutivo entre las cuatro formaciones.
Un presupuesto ambicioso y transformador
La concejala delegada de Hacienda, Garbiñe Bueno (EH Bildu), ha enfatizado que las cuentas son "históricas", "equilibradas" y "ambiciosas". Según el equipo de Gobierno, este plan económico está diseñado para afianzar la buena senda económica de los últimos dos años y dar un impulso a los grandes proyectos urbanos.
De la cifra total, se destinarán 24,53 euros de cada 100 a mejoras urbanas, planes de barrio y servicios públicos esenciales. En términos de inversión, el presupuesto incluye un total de 34 millones de euros destinados a proyectos cruciales para la legislatura.
Vivienda
Las prioridades estratégicas se centran en tres grandes áreas. En primer lugar, la vivienda asequible alrededor de la cual se articula un plan ambicioso, con especial atención a proyectos urbanísticos como el desarrollo de Donapea, el PEAU (Plan Especial de Área Urbana) de la UPNA y el PSIS de Etxebakoitz . Estos proyectos, que "verán por fin la luz", buscan ofrecer soluciones habitacionales para jóvenes y familias.
Los barrios
la segunda área en la que se va a hacer hincapiés es la inversión en la ciudad y en sus barrios. Se destinan importantes partidas a la reurbanización de espacios clave, destacando los 12,2 millones de euros para la reforma del Paseo Sarasate. Además, se contemplan mejoras en la cartera de servicios municipales, inversión en barrios y una ciudad más cohesionada. El grupo socialista, a través de sus enmiendas valoradas en más de 4 millones de euros, ha asegurado inversiones específicas, como 1,5 millones para la reurbanización de Monasterio de Urdax y otro millón para asfaltado y alumbrado en barrios.
Políticas sociales
Por último, en el capítulo social concentra cerca de un tercio del gasto total y es el área que experimenta un mayor crecimiento. Este enfoque busca dar respuesta a las necesidades sociales, con un fuerte compromiso en la mejora de dotaciones y servicios públicos y la adaptación al reto del cambio climático.
Marina Curiel (PSN) puso en valor las aportaciones de su grupo, afirmando que su papel es "decisivo para que Pamplona avance". La formación socialista también impulsó partidas destinadas al Plan de Convivencia y el plan de vivienda asequible, además de una experiencia piloto de microbús eléctrico.
Un "pacto encapuchado" según UPN
El debate político estuvo marcado por una tensión palpable, con UPN y PPN centrando gran parte de sus intervenciones en la moción de censura de 2023 y las consecuencias políticas que, a su juicio, se derivaron de ella.
Cristina Ibarrola (UPN) y Carmen Alba (PPN) rechazaron categóricamente las cuentas, enmarcándolas en supuestos acuerdos "muy lejos de Pamplona" y motivados por "intereses espurios". Ibarrola aseguró que el apoyo de EH Bildu se debe a un presunto cobro a cambio de "encubrir" la "corrupción" que implica a Santos Cerdán, exsecretario de organización del PSOE. UPN llegó a calificar el documento como los "presupuestos de EH Bildu" con apenas "tres chucherías al PSN".
Por su parte, el PPN, a través de Carmen Alba, consideró que los presupuestos nacen de un "pacto encapuchado de la venta de Pamplona a Bildu" para asegurar la permanencia en los gobiernos de España y Navarra.
Ambas formaciones de la derecha criticaron que, a pesar del aumento del gasto municipal, los servicios empeoran, citando la situación del sinhogarismo, el acceso a la vivienda para jóvenes y, de manera recurrente, la "mayor inseguridad en las calles" que el equipo de gobierno supuestamente "tapa".
El Gobierno acusa a la oposición de tener una pataleta
Los grupos de gobierno y el PSN se defendieron de las acusaciones, reprochando a la oposición su incapacidad para el diálogo. Garbiñe Bueno (EH Bildu) criticó la postura de UPN y PPN, tildándola de "oposición de la pataleta" y acusándoles de "meter miedo a la ciudadanía" con discursos que copian a la ultraderecha.
Txema Mauleón (Contigo-Zurekin) fue incluso más duro, refiriéndose a la oposición como la "pataleta política más larga de la historia de esta ciudad", motivada por la pérdida de un poder ejercido desde la soberbia y la incapacidad de acuerdo. Mauleón recordó que la inacción de la derecha llevó a años "sin presupuestos" y a una "ciudad paralizada", contrastando esa situación con la aprobación del segundo presupuesto récord consecutivo.
Javier Leoz (Geroa Bai) defendió que las cuentas municipales son "prudentes y eficaces" y que sí dan "respuesta a las necesidades de la ciudadanía". Además, contrapuso la gestión actual con la de anteriores gobiernos de UPN, donde los gastos incrementaban más que los ingresos corrientes, destacando que para 2026 se prevé una mejora importante en el ahorro bruto y neto.
En resumen, la aprobación del presupuesto más alto jamás visto en Pamplona marca un hito en la legislatura, asegurando un flujo significativo de inversiones y afianzando la estabilidad de la mayoría progresista. Este acuerdo permite a la capital navarra abordar grandes desafíos urbanísticos y sociales, mientras que, en el ámbito político, se mantiene la polarización sobre cómo se fraguó el actual reparto de poder municipal.