La pretemporada entra en su recta final, o lo que es lo mismo, el comienzo oficial del nuevo curso enfila su cuenta atrás, ya que este fin de semana una nueva edición de la Liga en formato Primera División. Los experimentos han concluido y el pistoletazo de salida de un curso que para la familia del Athletic ilusiona, y mucho, por aquello del regreso a la Champions League, se halla a seis días vista.
El estreno en serio acontecerá en San Mamés con la vuelta de la Liga EA Sports, el domingo, en plena Aste Nagusia, recibiendo al Sevilla a partir de las siete y media de la tarde, tras un mes de puesta a punto que ha sembrado serias dudas habida cuenta tanto del rendimiento como de los resultados. Y es que, sí, se trataba de un calendario exigente, con rivales top como PSV Eindhoven, Liverpool y Arsenal, pero se ha ganado uno solo de los siete partidos, aquel ante la Ponferradina en Urritxe gracias al solitario gol anotado por Oihan Sancet.
A partir de ahí, todo, hasta seis, derrotas, y con lesiones variadas, con distinto grado de preocupación que ha alcanzado el máximo en la de Unai Egiluz, que se pierde toda la temporada. Gran parte de la afición no las tiene todas consigo visto lo visto en la muchachada de Ernesto Valverde, aunque, tantas y tantas veces, la hora de la verdad no ha tenido por qué corresponderse, con los fuegos de artificio. También ha ganado uno solo de sus seis ensayos el cuadro hispalense, pero asimismo ha perdido uno. El resto, cuatro, ha firmado tablas. Errático asimismo, pero menos.
El heptacampeón de la UEFA Europa League, que volverá a ver toda cita continental a través del televisor, debido, entre otras razones al hotel de los líos en el que se ha convertido de arriba a abajo de un tiempo a esta parte, con los Del Nido, Benavente y Carrasco, irreconciliables padre e hijo, a la constante gresca en la intestina lucha por el poder de la entidad.
Fichaje de Vlachodimos
Joaquín Caparrós acudió una vez más al auxilio en Nervión durante los últimos partidos de la última campaña al flirtear con el descenso de la mano de García Pimienta, y ahora se confía en Matías Almeyda para dirigir una nave en la que, a falta todavía de tres semanas para dar por cerrado el mercado estival de fichajes, ha confirmado en las últimas horas la adquisición del meta germano-griego Odisseas Vlachodimos, procedente del Newcastle United, y espera confirmar en breve las salidas de Badé y Juanlu a Bayer Leverkusen y Nápoles, respectivamente.
Un Sevilla que inició su peregrinar por los tests preparatorios con una derrota ante el Birmingham City por un gol a tres. La cita ocurrió el 12 de julio en el estadio Algarve de la portuguesa ciudad de Faro, que una semana después acogió el empate a uno con el también inglés Sunderland.
A la tercera fue la vencida. Hubo que esperar hasta el día 26 para sumar su primer triunfo. Fue a costa del Schalke 04 en su Veltins Arena de Gelsenkirchen. Un 2-4 que emuló aquel obtenido por el Athletic de Marcelo Bielsa de camino a aquella fallida final de la UEL en Bucarest ante el Atlético de Madrid.
Y a partir de ahí, tres empates en los tres últimos compromisos de los andaluces: a uno en el Orange Velódrome de Marsella ante el Olympique, y a dos frente al Al-Qadsiah de Míchel y Nacho en el Trofeo en memoria de Antonio Puerta jugado en el Ramón Sánchez Pizjuán, para concluir la tanda ayer en el Stadium de Toulouse con un 1-1 ante el conjunto francés, con firma sevillista del belga Lukébakio. Y precisamente ese, un punto para cada uno, fue el marcador del Athletic-Sevilla el 29 de septiembre pasado. La victoria parecía quedarse en casa pero, la expulsión de Julen Agirrezabala primero, y una fatalidad entre Unai Núñez y Álex Padilla ya en el minuto 93, acabaron por establecer la igualada final.