La previa del encuentro europeo del Athletic está marcada por un gesto que ha captado la atención de los aficionados. Iñaki Williams, uno de los referentes del vestuario rojiblanco, ha compartido en sus redes sociales una fotografía del equipo momentos antes de saltar al terreno de juego frente al Borussia Dortmund, acompañada de una frase que ha resonado entre los seguidores por su tono inspirador y su mensaje implícito de paciencia y trabajo a largo plazo.
Mensaje de Iñaki Williams
Un mensaje que invita a la calma
En una fase de la temporada donde el cansancio físico y la exigencia competitiva se estan haciendo notar, Williams ha querido transmitir una idea clara: los resultados llegan con tiempo, constancia y sacrificio. “El día que plantas la semilla, no es el día que comes la fruta”, escribió el delantero, en una clara referencia al proceso que atraviesa el equipo bilbaino.
El jugador acompañó sus palabras con una imagen de toda la plantilla unida momentos antes del pitido inicial frente al Borussia, un duelo que los leones terminaron perdiendo por 4-1. Este mensaje de Iñaki se trata de una declaración de intenciones: mantener la fe en el proyecto y en el trabajo bien hecho, incluso cuando los frutos todavía no se ven.
Lesiones y rotaciones en un momento exigente
El mensaje de Williams llega en un contexto complejo. El Athletic afronta una fase de calendario especialmente intensa, con compromisos tanto en Liga como en Champions. Las lesiones de piezas clave, entre ellas la del propio Iñaki Williams, que arrastra molestias musculares, y la de Nico Williams, que sigue recuperándose de una pubalgia, han obligado a Ernesto Valverde a reorganizar el frente ofensivo y confiar en jugadores más jóvenes o poco habituales en un partido tan difícil como el de esta noche.
La cita de esta noche será una especie de reedición de aquella eliminatoria de la temporada 1994-95 en la que los leones apearon a las urracas en la Copa de la UEFA tras dos disputadísimos encuentros que consagraron la figura de Kuko Ziganda, protagonista indiscutible con sus dos goles, uno en la ida, y el recordadísimo de la vuelta, un zurdazo en San Mamés que permitió al Athletic eliminar al Newcastle.