La DGT lleva años insistiendo en que la seguridad vial no depende solo de respetar la velocidad o no beber antes de conducir. El Reglamento General de Circulación obliga también a mantener una buena visibilidad, libertad de movimientos y un uso correcto de los elementos del vehículo. De esa combinación salen algunas de las multas más desconocidas, que en 2025 siguen aplicándose a diario.
Coche sucio
La DGT no sanciona que la carrocería esté llena de polvo, pero sí que la matrícula o los cristales estén tan sucios que no se lean bien o limiten la visibilidad. La normativa determina que la placa debe ser visible y legible, sin barro, nieve ni adhesivos que la oculten. Circular con la matrícula sucia o deteriorada hasta el punto de que cueste leerla supone una infracción grave, con 200 euros de multa pero sin pérdida de puntos.
Si, además, la placa está tan manipulada o tapada que llega a ser ilegible a propósito, la sanción puede dispararse hasta 6.000 euros y la retirada del vehículo. En cuanto a los cristales, el Reglamento prohíbe circular con una superficie acristalada que no permita una visibilidad “diáfana” de la vía. Si la luna está tan sucia, empañada o cubierta que el agente pertinente considera que no ves bien, la multa también puede llegar a los 200 euros por impedir la correcta visibilidad.
Tocar el claxon innecesariamente
El Reglamento General de Circulación lo deja claro: el claxon solo puede usarse para evitar un accidente, advertir de un adelantamiento en carreteras estrechas o en situaciones muy concretas.
La DGT recuerda que está prohibido “emplear señales acústicas de sonido estridente y sin motivo reglamentariamente permitido”, y medios especializados señalan que usar el claxon sin justificación se sanciona con 80 euros, sin retirada de puntos.
Ambientador y colgantes en el retrovisor
La ley no prohíbe cualquier objeto colgado, pero sí sanciona cuando esos adornos obstaculizan la visibilidad del conductor. El artículo 19 del Reglamento permite multar con hasta 200 euros a quien circule “con una superficie acristalada que no le proporcione una visibilidad completa de la carretera”, algo en lo que se incluyen los elementos colgantes que tapan parte del campo de visión.
La DGT dice que, aunque el conductor crea que “no molesta”, es el criterio del agente el que decide si ese ambientador o ese adorno restan visibilidad suficiente como para suponer un riesgo. Si la respuesta es sí, la sanción puede llegar a esos 200 euros, sin puntos.
Pequeño ambientador en el salpicadero del coche.
Conducir con abrigo gordo
Conducir con un abrigo voluminoso, especialmente plumas o anoraks gruesos que pueden limitar el movimiento de brazos y manos o hacer que el cinturón de seguridad no ajuste bien también está vigilado por la DGT. El artículo 18 del Reglamento obliga al conductor a mantener su “libertad de movimientos” y la atención necesaria a la conducción.
Si un agente considera que el abrigo impide manejar el volante o los mandos con soltura, puede denunciarlo como infracción leve, con multas de hasta 80 euros, sin pérdida de puntos.