Como cabía esperar, Bilbao Basket no ha tenido el más mínimo contratiempo para sumar esta tarde en pista georgiana su tercer triunfo consecutivo, segundo en la FIBA Europe Cup, al derrotar al Kutaisi por 62 puntos a 113. Nunca había alcanzado tan alta anotación. La pasada temporada el resultado entre ambos equipos lejos del Bilbao Arena deparó un marcador también concluyente y menos humillante que el de hoy, 57-88.
Tal y como evidencia el resultado, no ha habido más que un solo color sobre la cancha, el negro, ante un rival manifiestamente inferior en todos los sentidos del juego y también de la condición física, notablemente con menos centímetros que los hombres de Jaume Ponsarnau, que han despertado por aquellos lares escasa expectación, con apenas medio millar de aficionados en las desiertas gradas.
El técnico de Tárrega ha utilizado el criterio de dosificar esfuerzos y minutos para los doce presentes en el acta, con la ausencia de Harald Frey, a quien ha decidido dar descanso con vistas al choque ACB del sábado en Manresa. Han participado los canteranos Bingen Errasti y Kepa de Castro en un choque que ha contado como máximos anotadores en las filas bilbaínas a Justin Jaworski, con 21 puntos, Aleix Font, con 16, y Martin Krampelj, con 13. Misión cumplida, a regresar a casa y pensar ya en la visita del fin de semana a Catalunya.
Pese al paseo que ha supuesto el partido, Ponsarnau ha hecho autocrítica. "Podíamos haber hecho cosas mejor y más que lamentarnos es aprender. Hemos encontrado en momentos mucho acierto y sabemos que lo que viene por delante va a ser superexigente", y, en todo caso, "está bien hacer un desplazamiento largo y haber jugado con esta energía".