Polideportivo

Al Surne Bilbao Basket se le funden los plomos y cae en Murcia (90-72)

De nuevo errático en ataque, vuelve a mostrar negativas constantes vitales competitivas y cae en el segundo duelo del Last 16 de la Champions
Ludde Hakanson penetra a canasta ante Travis Trice.

El Surne Bilbao Basket se encuentra en el momento pájara de la temporada. Lo suyo sí que ha sido, literalmente, una cuesta de enero en toda regla. Empinadísima. De las que se atragantan. Y en ella se ha quedado clavado el conjunto vizcaino, como esos corredores que tras una larga fuga se ven de pronto sin aire ni fuerza, como si cualquier pedalada costara la vida y la meta, en lugar de acercarse, se alejara en el horizonte. Si en Girona y en el Palau se vieron ya algunos síntomas y el sábado pasado la derrota contra el Joventut fue inapelable, el partido de este martes en Murcia (90-72) demostró que al equipo de Jaume Ponsarnau se le han fundido los plomos.

No fue el hecho de encadenar un nuevo varapalo, esta vez en la Basketball Champions League, sino las sensaciones que transmite el equipo, absolutamente romo en ataque, empequeñecido. Tampoco que el resultado final sea una losa importantísima en su intento de pugnar por los cuartos de final de la competición continental. El verdadero problema radica en que el equipo ha entrado en un socavón de juego, de nivel de acierto, de confianza y de contundencia física. Todo al mismo tiempo.

Este encuentro fue una continuación de lo visto el sábado en Miribilla frente a la Penya. Los de Jaume Ponsarnau no tuvieron ni la más mínima oportunidad de competir el partido. Perdieron pie en el segundo cuarto como consecuencia de su horrible rendimiento ofensivo y de cuatro triplazos de pura calidad individual de Thad McFadden (48-29 al descanso) y en el tercero llegó la debacle más absoluta, con el equipo roto también en defensa, permitiendo a los de Sito Alonso jugar a placer, con los exteriores concediendo demasiadas alegrías a sus pares y Jeff Withey regalando terreno y tiros sencillos a Artem Pustovyi para que el pívot ucraniano se fuera a los 23 puntos fallando solo un tiro.

Hasta el 62-33 llegó la pesadilla antes de que los anfitriones se dieran por satisfechos y levantaran el pie y los hombres de negro aprovecharan para achicar agua y maquillar el resultado final, con Xavi Rabaseda y Francis Alonso como piezas menos desafortunadas en el naufragio general. Ludde Hakanson, el gran faro del equipo en ataque, volvió a ser una sombra de aquel que maravilló hasta hace cuatro semanas ante otra defensa plenamente centrada en aislarle de sus compañeros; Jeff Withey, el supuesto puntal en retaguardia, sigue sin hacer honor a esa condición ni de lejos; Adam Smith fue de más a menos y Nikola Radicevic, Álex Reyes y Michale Kyser no ofrecieron lo que de ellos se espera saliendo del banquillo: ni dirección y temple, ni triples ni energía física.

Problemas desde el arranque

Al Surne Bilbao Basket volvió a costarle activarse en ataque. Llueve sobre mojado. Tardó más de dos minutos en lograr su primera canasta y con el pegajoso Sadiel Rojas encargándose de la marca de Hakanson su juego ofensivo careció de fluidez. Así, el UCAM Murcia no necesitó demasiado para adelantarse pese a que sus niveles de acierto y ritmo tampoco eran del otro mundo. La entrada de la segunda unidad revitalizó fugazmente a los visitantes, pero fue un espejismo. El 20-13 al término del primer acto obligaba a una mejora importante para competir y llegó, además, con problemas añadidos: el 5 de 17 en tiros de campo con un 1 de 6 en triples y las dos personales que sumaban ya Rabaseda y Sulejmanovic.

Dos zarpazos de Pustovyi debajo del aro colocaron la primera desventaja de dobles dígitos para los hombres de negro (24-13) y Ponsarnau tuvo que parar el partido con menos de minuto y medio del segundo cuarto disputados. Pero las constantes pérdidas de balón entorpecían la reactivación del juego bilbaino, voluntarioso con el matiz del excesivo espacio que Withey concedía a su par ucraniano, pero con escasísimo filo. Dos triples de Hakanson y Alonso bajaron la desventaja hasta el 30-22 y en esa ocasión fue Sito Alonso el que llamó a capítulo a los suyos.

Rojas volvió a ser la sombra del sueco, McFadden sacó su fusil con dos triplazos seguidos y al Surne Bilbao Basket se le fundieron los plomos (40-24). Cualquier intento de aportar soluciones desde la banda fue inútil y las ejecuciones de los jugadores en pista tampoco fueron nada acertadas. Y si a ello se le suman otros dos triplazos en plan Stephen Curry de McFadden el 48-29 en el ecuador de la contienda se convertía en un castigo mayúsculo para un equipo cabizbajo. Roto. Con un 11 de 34 en los lanzamientos en juego y ocho pérdidas ya acumuladas era imposible competir.

Pesadilla

Y en la reanudación, más de lo mismo. O peor, si cabe. El conjunto vizcaino arrancó encadenando tres pérdidas, el Murcia, sin esfuerzo ni presión, jugando con el viento a favor, vio la clara oportunidad de meter el dedo en la herida y hacer sangre y se tiró a la yugular. El 62-33 en el ecuador del tercer cuarto era durísimo de digerir, con Pustovyi y también Ilimane Diop campando a sus anchas en la zona bilbaina. Al menos Rabaseda se echó el equipo a la espalda en el momento más difícil y lideró el intento de que la derrota fuera lo menos dura posible. Con la colaboración de Francis Alonso y con el conjunto anfitrión levantando el pie del acelerador, los de Ponsarnau maquillaron el resultado hasta un 90-72 que no oculta, ni de lejos, el bache de rendimiento del Bilbao Basket, que quizás parece mayor aún por haber rendido hasta ahora bastante por encima de lo previsto.

01/02/2023