Con motivo del Día Mundial de la Reanimación Cardiopulmonar (RCP), el Hospital Universitario de Cruces ha llevado a cabo una jornada formativa dirigida a la ciudadanía para aprender cómo realizar esta técnica y cómo usar de manera correcto el desfibrilador. Para ello, se ha instalado en la plaza exterior del hospital una carpa de 200m2, donde se han impartido talleres prácticos con grupos reducidos, con sesiones de 8 a 10 minutos. El objetivo, sensibilizar sobre la importancia de actuar de forma rápida y eficaz ante paradas cardiorrespiratorias.
Estos talleres cogen todavía más importancia si miramos a los datos. En países donde la formación en RCP es obligatoria, la supervivencia supera el 20%, frente al 5-10% de los lugares donde pocos ciudadanos sabemos como reanimar. "El aumento de supervivencia de la parada cardiorrespiratoria fuera del hospital conlleva sí o sí la formación de la gente, de la gente de a pie, de todos. Cada vez se está haciendo más en los colegios. Todos los niños tienen que acabar sabiendo realizar una reanimación cardiopulmonar porque la probabilidad de que pase en sus casas existe. Por lo tanto, también la supervivencia de todos nosotros pasa porque los los chavales en el cole aprendan a hacer esto. Esto tenemos que acabar sabiendo hacerlo todos", asegura la médico anestesista y reanimadora Covadonga Peralta en declaraciones a Onda Vasca.
En Euskadi se registran cada año 600 paradas cardiorrespiratorias extrahospitalarias atendidas por el servicio de Emergentziak. De ellas, en menos del 40% de los casos se inician maniobras de Reanimación Cardiopulmonar antes de que llegue la ayuda. Algo que resulta clave, ya que cuando se producen paradas cardiorrespiratorias, "el tiempo es oro".
Cuando una persona sufre una parada, el corazón deja de bombear sangre a los órganos, algo que es especialmente crítico para el cerebro, porque las neuronas empiezan a morir en poco minutos. Desde el departamento de salud aseguran que tras 10 minutos en parada cardíaca sin haber realizado compresiones torácicas la probabilidad de resucitación es prácticamente nula. "Lo que sucede en los primeros minutos hasta que llegan los servicios de emergencias es lo más importante que va a suceder. Por eso es tan importante que aprendamos a hacer estos primeros pasos cuando nos encontramos con alguien que por desgracia ha sufrido una parada cardiorrespiratoria", añade Covadonga Peralta.
En los cursos de soporte vital básico se insiste en que la respuesta debe ser automática. "Mantener la calma, comprobar si la persona está consciente y respira, llamar al 112, pedir ayuda para las compresiones y solicitar un desfibrilador si está disponible", señalan las y los instructores. Con esta iniciativa, Osakidetza refuerza su compromiso con la prevención y la formación comunitaria en salud cardiovascular, acercando el conocimiento a la población y fomentando la colaboración entre profesionales y ciudadanía.
