Lo hará en un momento de efervescencia importante para el equipo catalán, que no sabe muy bien a qué carta agarrarse tras la marcha de Leo Messi, los problemas económicos que ponen en peligro la inscripción de sus nuevos fichajes, y un ambiente enrarecido y de contestación hacia la descomposición que vive el club tras su ruina económica.

A la Real le ha tocado ser el primer invitado al feudo blaugrana. Saltará al campo con la firme convicción de ganar el partido. Hace muchas temporadas que no logra derrotar al Barça a domicilio y, este domingo, parece el día indicado para voltear ese negro dato histórico. No obstante y a pesar de las muchas bajas que tendrá Ronald Koeman para este partido, no nos olvidemos que el entrenador holandés puede poner sobre el campo una alineación titular en la que todos sus jugadores son internacionales con sus respectivos países.

Por eso, la Real debe ir con el propósito de llevarse los tres puntos. Sin confianzas, pero con la ambición máxima. La ocasión parece propicia. Es el momento de darle esquinazo a la historia, de hacer un regate a la estadística, de mirarle a la cara de frente a un grande venido a menos.